Partirse el pene. Cuando te partes la caja, te ríes, pero cuando te partes el pene, te aseguramos que no. Después de este comentario nada interesante, lo cierto es que las fracturas de pene afectan a uno de cada mil casos y es un riesgo que corren todos los hombres cada vez que mantienen relaciones sexuales.
Recientemente en Perú un joven ha tenido que ser intervenido por este caso. Consiguió salvar su miembro gracias a la rapidez con la que intervinieron los efectivos de emergencias.
En muchas ocasiones no se acude al médico porque no se reconce este problema, por ello es conveniente conocer lo que sucede. Partiendo de que el pene, estrictamente, no puede fracturarse porque no contiene ningún hueso, la ruptura de los vasos que se encuentran en su interior puede ser, cuanto menos, traumática (si eres hombre, seguro que te ha recorrido una especie de temblor tan solo de oírlo).
En concreto, para que el pene pueda entrar en erección, es necesario que el cuerpo bombee sangre hacia los denominados cuerpos cavernosos, un tejido que se hincha y que favorece que el miembro abandone su estado de flacidez.
Si tras todo este proceso (esto no es apto para personas sensibles al asunto), el miembro viril se dobla en exceso por cualquier razón, el tejido de las estructuras puede rasgarse por la virulencia de lo que está sucediendo, momento en el que se oye una especie de crack y empezará a salir sangre (no hacia fuera, sino dentro del pene). Por ello, aparecerá un hematoma alrededor y mucho dolor. Si te pasa esto, no lo dudes: ve a urgencias. No hay nada más interesante que hacer en ese momento.
Hay casos en este sentido que son algo turbios. Es lo que le sucedió a un joven de 32 años que fue ingresado en el Hospital Escuela de Tegucigalpa en 2014 tras haber sufrido una fractura en el pene al caerse de la cama cuando sufría una erección nocturna. O al menos, es lo que él decía.
Si esto te sucede, lo recomendable es aplicar hielo en la zona afectada, utilizar analgésicos y antiinflamatorios y acudir a urgencias para que valoren la necesidad de una intervención para reparar la cavidad dañada.
¿Con qué posturas me puedo romper el pene?
Seamos claros, si estás aquí es porque te interesa saber cómo te puedes romper el pene. Vayamos al asunto. En concreto, entre el 30 y el 50% de los casos de este tipo se produce porque la pareja ha mantenido relaciones sexuales muy fuertes.
Los especialistas afirman que el caso típico en relaciones heterosexuales se da cuando el pene se sale de la cavidad vaginal y al tratar de penetrar nuevamente choca contra la cadera de la mujer provocando que el pene se doble forzadamente.
Según un estudio llevado a cabo entre los años 2000 y 2012 en los tres principales hospitales de Campinas, Brasil, las fracturas se dan en distintos tipos de relaciones sexuales. El más común con diferencia se da entre heterosexuales, un 66,7% de los atendidos. Si la relación es homosexual, la incidencia baja al 9,5%. En cuanto a la edad media de los afectados, se situó en los 34 años.
El resto de casos se debieron a "manipulación del pene", un 14,3% y las demás no fueron clasificadas porque no encontraron un motivo aparente.
Para las relaciones heterosexuales, la posición de 'vaquera' (mujer encima del varón) puede suponer la ruptura del pene en la mitad de los casos analizados. En segundo lugar se encuentra la postura del perrito, con un 28,6% y, en último lugar, la del varón encima de la mujer, con un 21,5% de los casos.
Por otro lado, en relaciones homosexuales, la incidencia de las prácticas es prácticamente similar: la mitad de los pacientes atendidos estaban en la parte superior y la otra mitad en la parte del perrito.
Los efectos de sufrir una fractura de pene son variados. En el estudio, solo se registraron dos casos de 44 que padecieron disfunción erectil. Sin embargo, los expertos señalan también la posibilidad de padecer una deformidad permanente del pene, curvaturas con la erección, dolor con las relaciones sexuales o cuadros de impotencia. Por ello, cuando suceda, hay que acudir a un profesional de manera inmediata.
"Nuestra hipótesis es que cuando la mujer está arriba suele controlar el movimiento con todo su peso corporal aterrizando sobre el pene erecto, no pudiendo interrumpirlo cuando el pene sufre una penetración en sentido contrario, pues el daño suele ser menor en la mujer, pero importante en el pene", señala el estudio.
"Por el contrario, cuando el hombre está controlando el movimiento, tiene más posibilidades de detener la energía de penetración en respuesta al dolor relacionado con el daño en el pene, minimizándolo", añade.