Todo el mundo dice que solo ve La 2 cuando hablan de televisión. Y todo el mundo dice que le encanta leer cuando le preguntan. Y es que, según las respuestas, los españoles debemos ser muy cultos. Pero no dicen lo mismo los estudios sobre literatura.
Según el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros de 2018, un 61,8% de personas lee en su tiempo libre, mientras que un 38,2% dice que no leen nunca o casi nunca.
Estos datos incluyen también los que leen por trabajo o estudios, por eso hay una gran cantidad de jóvenes mayores de 14 años que son "lectores frecuentes de libros" y afirman que leen más de 10 libros al año y unas ocho horas a la semana. Aún así, los datos son halagüeños, pues de las personas que leen un 49,3% son "lectores frecuentes" y un 12,5% "lectores ocasionales".
Pero el 38,2% que afirma no leer nunca podría ser por falta de tiempo, por no tener el hábito o por no conocer el placer de la lectura todavía. Y parece que el nivel de estudios de los encuestados también influye, pues cuanto mayor formación, más pasión por la lectura tienen.
La lectura digital gana a la de papel
El barómetro también desvela que el lector en formato digital está ganando al lector en papel, con un 23,2%. Aunque de este porcentaje, solo un 6% lee digitalmente y un 17,2% lo hace en ambos formatos.
Pero otro de los problemas que también desvela esta encuesta es la ilegalidad de estos libros digitales. Un 79% de los libros leídos en este formato son descargados gratuitamente de internet, mientras que un 21% sí paga por ellos en plataformas oficiales.
Sigue habiendo problemas con la lectura en España
"La lectura no está consolidada, el hábito lector está por debajo del nivel de progreso de España y de la posibilidad de acceso a la cultura", asegura Miguel Barrero, presidente de la Federación Española de gremios de Editores de España.
José Guirao, ministro de Cultura y Deporte, destaca por su parte los datos positivos de este barómetro, pero aún se mantiene como un "problema muy grave sobre el que hay que trabajar". En este sentido, la diferencia entre el mundo rural y el urbano y el acceso a las bibliotecas son un claro condicionante que hay que solucionar.
Para ello, el ministro de Cultura asegura que en los Presupuestos de 2019 hay una partida de 3,5 millones de euros dedicada a la adquisición de libros para las bibliotecas públicas. Además, se plantea bajar el IVA del formato electrónico al 4% y así igualarlo al de los libros en papel.