El mundo islámico ha adquirido relevancia por el auge de los extremismos religiosos durante la última década. Sin embargo, la mayoría de países que actualmente consideramos como rigoristas no lo han sido siempre. Desde Los Replicantes, hemos querido recordar una etapa en la que la situación era muy distinta a la actual. No era idílica, pero sí muy distinta.
Afganistán es actualmente uno de los países más retrógrados en materia de igualdad. Una de las mayores defensoras de los derechos de la mujer, Malalai Joya, tuvo que abandonar su puesto en el Congreso como diputada ante las amenazas de muerte que recibió por culpa de los grupos más reaccionarios
.
Aunque Afganistán nunca fue un país tranquilo ni igualitario, sí que hubo una época en la que las mujeres podían vestir como querían sin que las acosasen o insultasen por la calle.
Una época en la que la mayoría de mujeres no era analfabeta, sino que cursaba incluso estudios universitarios.
De hecho, el país asiático aprobó el sufragio femenino un año antes que Estados Unidos, en 1919, gracias a la intervención del Emir Amanullah Khan, que quería que las mujeres contaran con los mismos derechos que los hombres.
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Una época en la que la mayoría de mujeres no era analfabeta, sino que cursaba incluso estudios universitarios.
De hecho, el país asiático aprobó el sufragio femenino un año antes que Estados Unidos, en 1919, gracias a la intervención del Emir Amanullah Khan, que quería que las mujeres contaran con los mismos derechos que los hombres.
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Sin embargo, la mayoría de estas fotografías pertenecen a la década de 1970. Nos situamos concretamente en 1978. En esa época estalló la Revolución de Saur, formada por integrantes del Partido Comunista que intentaron crear un Estado Socialista en el país. Y lo consiguieron, creando la denominada República Democrática de Afganistán.
El país asiático quedaba entonces bajo la órbita de Moscú. Para ello, se impulsaron varias medidas para integrar a las mujeres en la escuela. Además, las mujeres vestían como querían y el fundamentalismo islámico era residual. A pesar de ello, no había libertades democráticas, lo que motivó que muchos disidentes políticos fueran a prisión por sus ideas.
Estados Unidos, que quiso que la URSS viviera su particular Vietnam, comenzó a financiar a los grupos musulmanes más extremistas, tal y como ha reconocido la propia Hillary Clinton, que ahora asume el error cometido por aquel entonces.
Así, Estados Unidos comenzó a financiar a los grupos muyahidines con el fin de dar un escarmiento a la URSS y lo consiguió. El problema llegó después, cuando Afganistán se convirtió en un estado completamente radicalizado, en el que las mujeres no tenían ninguna posibilidad de salir sin un burka a la calle.
Era 1996, año en el que cayó el régimen socialista y los talibanes tomaron Kabul. Hasta 2001, cuando Estados Unidos invadió el país, el grupo extremista se dedicó a prohibir escuchar música y a tratar a las mujeres de la peor forma posible.
Actualmente, la situación es diferente a la vivida en esa época, pero la mentalidad de los afganos ha progresado muy poco desde entonces.
Como bien han reconocido los grupos de mujeres activistas, en la época anterior no contaban con derechos políticos, pero al menos tenían derechos civiles. Ahora, lo han perdido prácticamente todo.
Otro caso similar: Irán
La situación de Afganistán es homóloga a la vivida en Irán, donde previamente a la época de la Revolución Islámica, las normas sociales eran mucho menos estrictas que en la actualidad. Estas fotografías dan buena muestra de ello:
La vida durante la época del Sha de Persia no era fácil: el monarca castigaba duramente a todos aquellos que tenían la osadía de mostrar cualquier prueba de disidencia.
Sin embargo, las normas de vestimenta de las mujeres eran mucho más laxas. Con la llegada del régimen islamista, se creó la Policía Islámica y se prohibió que cualquier mujer saliese a la calle sin portar un chador, la prenda que se impone en la sociedad iraní. La película 'Persépolis' es una buena muestra de todo lo que sucedió en aquella época y de la dureza con la que los iraníes vivieron aquellos hechos.
La situación ha cambiado enormemente desde que se derrocó al Sha de Persia y llegó la Revolución Islámica. Actualmente la democracia es muy limitada y se basa en la única permanencia de los partidos musulmanes. La Policía Islámica garantiza, además, que se cumpla la sharia de manera muy rigorista. Todo ello afecta flagrantemente a la libertad de las mujeres, que tienen que ver cómo son encarceladas y condenadas a recibir 91 latigazos por un simple vídeo como éste:
La situación, mientras tanto, tiene difícil retorno, ya que estas sociedades se han acostumbrado a este tipo de ideologías que se están transmitiendo de padres a hijos, con pequeños que básicamente no están conociendo otra realidad que unas normas morales demasiado estrictas. Todo un paso hacia atrás que las mujeres han pagado muy caro.