El Salario Mínimo Interprofesional es la mínima cantidad de dinero que se le debe pagar a una persona por una jornada legal de trabajo. La última subida del SMI se realizó en febrero de 2024 y en esta se aprobó que el salario mínimo se fijase en 37,8 euros brutos al día, o 15.876 euros brutos anuales distribuidos en 14 pagas de 1.134 euros, por lo que el incremento fue de 54 euros mensuales.
Después de los rumores a finales de 2024, esta semana Yolanda Díaz se reúne con los agentes sociales (CCOO, UGT, CEOE y Cepyme) para negociar la subida del SMI para 2025 con efecto retroactivo desde el 1 de enero. Aunque aún no se ha hablado de una cifra exacta, Yolanda Díaz ha dejado caer que busca un aumento del 6% en el SMI.
Los empresarios ya están haciendo cuentas y después de los cambios en el Salario Mínimo Interprofesional cada trabajador conllevará un gasto de unos 1.930 euros al mes a la empresa.
"Esa cantidad es el resultado de sumar al SMI las cotizaciones sociales a cargo del empleador, donde se incluye el 23,6% por contingencias comunes, el 5,5% por desempleo o el 0,67% del mecanismo de equidad intergeneracional para pagar las pensiones del baby boom, entre otros como distintas cotizaciones o enfermedades laborables", expone.
Cambios que no se adaptan a todas las empresas
La patronal Cepyme denuncia en la actualidad que los costes de las pymes dificultan a las pequeñas empresas su rentabilización y el empleo. Los costes laborales de las pymes han subido un 18,1% en los últimos 6 años y esto está dificultando el crecimiento y progreso de los pequeños negocios.
En todo este debate, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, no coincide con los intereses de Yolanda Díaz y remarca que la subida del SMI debería darse con el avance de la economía. Esta no es la única diferencia que ocurre en el Gobierno, el Ministerio de Hacienda, a cargo de María Jesús Montero, rechaza la petición de volver a indexar contratos públicos al SMI mientras Díaz lo apoya.