No es sorpresa que en el 2016 la UNESCO incluyera las Fallas de Valencia en su lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Se trata de una de las celebraciones más especiales y reconocibles de toda España, que cada año atraen a miles de personas a la Comunidad Valenciana.
La fiesta, más conocida por sus grandes actos de pirotecnia y quema de figuras, se compone de muchos otros eventos que ocupan casi todo el mes de marzo en las diversas localidades de la provincia de Valencia, pero también de las de Castellón y Alicante. Sus orígenes son inciertos, pero coinciden en fecha con el comienzo de la primavera y con el día de San José.
Al igual que en Carnaval, la historia de estas celebraciones que tienen lugar en los cambios de estación suelen tener origen en las fiestas paganas, que con hogueras y reuniones festejaban los solsticios y equinoccios, y posteriormente quedarían cristianizadas en días como el de San José o San Juan.
La versión más conocida sobre el origen de las Fallas, habla sobre una tradición comenzada por los carpinteros de la ciudad, que un día antes de San José, su patrón, sacaban a las calles todos los trastos, restos y materiales que ya no les servían y los quemaban en la calle como un acto de limpieza o comienzo de una etapa nueva.
Además de la madera, se habla de que también quemaban unas altas estructuras de madera, utilizadas para subir los candiles y candelabros en invierno, y que tenían el nombre de 'parots' o 'estayo' parot. A estas hogueras también añadían otros objetos e incluso telas, lo que acabó dando origen a las figuras conocidas como ninots.
Otra de las teorías habla de que estas hogueras se prohibieron en algún momento y solo se permitían hacer en las calles más anchas. Por ello, a modo de protesta, los carpinteros colgaron muñecos de sus ventanas. Esta hipótesis también coincide con otra tradición en cuaresma, donde se quemaban muñecos grotescos y satíricos o se colgaban representando a distintas personas como rebeldía ante las censuras o ciertas leyes.
¿Qué son los ninots?
Los ninots son las monumentales obras de arte que protagonizan celebración. Se trata estructuras efímeras, ya que acaban quemadas cada año el 19 de marzo y tienen un carácter satírico. Durante el mes se pueden observar colocadas en las calles y plazas de la ciudad con la intención de criticar y denunciar alguna las distintas situaciones sociales, culturales, y políticas de cada año.
Los distintos colectivos son los encargados de fabricar estas esculturas que representan distintas escenas y personajes, normalmente cuentan con un rótulo que explican sus temas. Históricamente, los ninots, también conocidos como falla, son construidos con materiales combustibles. Siempre con base de madera, los componentes han variado desde la paja y la cera a la fibra de vidrio y el corcho en la actualidad.
Cada colectivo suele presentar dos tipos de obras, una falla mayor y una infantil, de menor tamaño y diferente temática, que son quemadas antes que las primeras, como espectáculo para los más pequeños. Cada año se vota popularmente a los mejores ninots y el que gana es indultado de la quema, llegando así a formar parte del Museo Local de Fallas con el resto de ganadores en los años anteriores.
Todos los eventos que se celebran
Hay una gran variedad de actos que conforman lo que es toda la celebración de las Fallas valencianas, en las que participan las distintas comisiones y colectivos falleros, que son los encargados de organizarlas. Desde el 1 de marzo hasta el 19, con la Cremá, podremos observar y formar parte de los siguientes eventos:
La Mascletá
Desde el primer día de marzo hasta el final de las fiestas, cada día a las 2 de la tarde se celebra una mascletá. Se trata de un pequeño espectáculo pirotécnico que dura unos diez minutos, pero no por ello es menos intenso. Se empieza con los petardos de menos fuerza y acaba con toda potencia con un ruido que puede llegar a los 120 decibelios. Cada día la Fallera Mayor es la encargada de anunciar el comienzo de este evento desde el balcón de la plaza del Ayuntamiento.
La Plantá
Los días 15 y 16 de marzo es cuando todas las fallas deben presentarse en la calle y las plazas de la ciudad, justo a tiempo para poder entrar en la competición que dictará cuál se salva de las llamas. Los maestros falleros trabajan a toda prisa para montar sus grandes estructuras para disfrute de falleros y visitantes. Suelen estar fijadas con grandes sacos de arena que también evitan que se dañe el asfalto. En estos días podemos ver a los artistas colocando los últimos detalles de sus obras.
Los castillos de fuegos artificiales
Después de estar todos los ninots en sus puestos, se da comienzo a los cuatro días de castillos de fuegos artificiales en los Jardines del Turia , que cada día unos 15 minutos caracterizados por la luz y el color en las noches. El último día es el más importante y conocido de todos, que marca la noche antes del último día de Fallas.
La ofrenda de flores
Los días 17 y 18 de marzo se celebra la ofrenda a la Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia. Es el día perfecto para observar la belleza de los distintos trajes regionales que llevan falleros y falleras que desfilan por las calles acompañados de músicas tradicionales. Cada comisión fallera debe llevar un tipo específico de flor, que al final conformará un gran manto de 15 metros de altura cubriendo a la Virgen.
La Nit del Foc
La madrugada del 18 de marzo se celebra en Valencia la Nit del Foc, la noche más grande y reconocida con un impresionante despliegue pirotécnico que nadie se quiere perder. Los petardos forman un gran castillo de fuegos artificiales que comienza a medianoche en el paseo de la Alameda y deja toda la ciudad con el característico olor a pólvora.
La Cremá
La cremá es el último acto de las Fallas y por ello el más importante. En este día los ninots deben quemarse hasta quedar completamente reducidos a cenizas, acompañados por más fuegos artificiales y tracas. La Fallera Mayor de nuevo es la encargada en encender la mecha responsable de las llamas, que empiezan medianoche. Las fallas más grandes son las que comienzan a consumirse primero y la última en quemarse siempre es la proporcionada por el Ayuntamiento.