Las noticias sobre el máster de Cristina Cifuentes siguen en boga. Cada día que pasa, El Diario saca una nueva información más comprometedora que la anterior para la presidenta de la Comunidad de Madrid, que ve cómo la mayoría de argumentos utilizados para su defensa están siendo refutados por el medio dirigido por Ignacio Escolar.
Esta vez, la investigación se centra en la matriculación de Cifuentes en el máster de la discordia. Si ya habíamos escuchado a varios alumnos de ese año decir que no la vieron ni un solo día por clase, ahora resulta que la por aquel entonces diputada en la Asamblea de Madrid se matriculó tres meses después de que empezara el máster.
La normativa prohíbe matricularse tan tarde
Basándonos en la información de El Diario, el calendario de la URJC establecía dos fechas de inscripción, ordinaria y extraordinaria. La primera de ellas iba del 3 de mayo al 30 de junio de 2011. El plazo extraordinario, en caso de que quedaran plazas libres, sería del 7 al 18 de septiembre.
Tras la inscripción, los alumnos serían sometidos a una prueba de selección. En el caso del plazo ordinario, dicha evaluación tendría lugar del 1 al 10 de julio. Para el plazo extraordinario, del 19 al 25 de septiembre. Los admitidos se publicarían en un listado el 11 de julio en el caso ordinario, y el 26 de septiembre en el extraordinario.
Es decir, la fecha límite para poder inscribirse en ese máster era el 18 de septiembre, y a partir del 26, si todo iba bien, podría unirse a las clases. Pues bien, la emisión del pago de la matrícula de Cifuentes se realizó el 21 de diciembre, un trimestre después.
Es común que, a pesar de la fecha límite especificada, los alumnos puedan acceder al posgrado algo más tarde debido a la falta de gente. Pero estamos hablando de unos días, no de tres meses.
En relación con esto, el reglamento de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca) es claro: el alumno o la alumna deberá asistir obligatoriamente al 80% de las clases de posgrado. En caso contrario, no podrá aprobar las asignaturas. Ya solo por empezar en diciembre, la presidenta de la Comunidad habría incumplido esta normativa. Y, una vez matriculada, tampoco apareció por allí, como testifican los estudiantes de aquel año del máster, así que la irregularidad viene por partida doble. Otra más.