La consolidación de Fridman como nuevo dueño de los supermercados DIA el pasado mes de mayo y el acuerdo para refinanciar su deuda con el Banco Santander, que literalmente salvó a la enseña 'in extremis' de la quiebra, estaban llamadas a poner calma tras dos años especialmente turbulentos.
Sin embargo, parece que la situación está lejos de solucionarse. Los últimos movimientos realizados con el objetivo de actualizar el modelo de negocio han multiplicado por 14 las pérdidas de la empresa que, además, ha renunciado por sorpresa a la venta de Clarel, una medida que se había planeado durante los últimos meses con el objetivo de aliviar la crisis financiera.
El primer semestre de 2019 ha sido demoledor. Sus cuentas han registrado unas pérdidas de 418,6 millones de euros, 14 veces más que en el mismo período del año anterior, cuando perdió 29,4 millones de euros.
La dirección justifica los resultados en "factores negativos y extraordinarios". Uno de ellos es un poceso de reformas, en el que se apostará especialmente por el formato DIA & Go y La Plaza en detrimento de 'Market', que también lleva aparejado un ERE. La prima tanda, por el momento, destruirá 210 empleos y se ejecutará en su filial Grupo El Árbol y todas las tiendas Max Descuentos.
Este recorte de personal es uno de esos "factores negativos" que se señalan en el documento remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), donde también se ha incluido la falta de stock, el traspaso de locales y el cierre de tiendas.
Cierre de tiendas
No se descarta también un proceso de cierre de tiendas en los puntos más estratégicos, un proceso que ha bajado la persiana en 663 establecimientos de España y Brasil.
A pesar del carácter de tienda de conveniencia que obliga a extenderse con mayor intensidad que el resto de la competencia, DIA es la compañía con mayor presencia en siete comunidades autónomas, una estructura que podría no ser sostenible con la actual situación en sus cuentas.
Por otro lado, la presencia física se quiere fortalecer a través de la reconversión de 222 tiendas franquiciadas en locales propios bajo la batuta directa de la sede central. Para ello se quiere aprovechar los 871 millones de euros que firmó LetterOne con 17 bancos y fondos de inversión con el objetivo de obtener liquidez para actualizar su modelo y sanear en lo posible sus cuentas: "La prioridad ha sido normalizar la relación con los proveedores y eliminar las faltasd de stock [...] para volver a la normalidad lo antes posible".
Con ello, la empresa señala que las pérdidas no pueden empañar la "recuperación gradual y significativa de las ventas desde los mínimos históricos registrados en junio (-15,5%)".
La empresa pide ahora tiempo para poner en marcha todos los coambios programados y conocer con solidez los resultados de un giro de timón que ha tardado demasiado tiempo en llegar.