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Crisis de combustibles en Reino Unido: ¿Qué sucede en el país británico? Todas las claves

El desabastecimiento que sufren las gasolineras del Reino Unido ha provocado actos violentos y una crisis: estas son las claves.

Crisis de combustibles en Reino Unido: ¿Qué sucede en el país británico? Todas las claves

El desabastecimiento que vive el Reino Unido en las gasolineras está provocando un auténtico caos, que se materializa incluso en estallidos de violencia en los surtidores por conseguir los últimos litros. La falta de combustible está haciendo mella en muchas familias, ya que muchos trabajadores esenciales no pueden llegar a sus lugares de trabajo y los conductores, directamente, no pueden realizar sus labores.

¿Qué sucede en Reino Unido, una de las potencias más importantes del Viejo Continente, para vivir una situación de escasez de estas características? Esta son algunas de las claves del desabastecimiento que actualmente vive el país anglosajón.

Un problema en la cadena de suministro

El Reino Unido no lastra un problema de falta de stock de gasolina en las refinerías. De hecho, tiene suficiente para abastecer a su población. El problema se encuentra a la hora de transportarla hasta las gasolineras. Se trata de la misma problemática que surge en el mercado de la distribución alimentaria.

Este problema en la cadena de suministro está íntimamente ligado al Brexit y la concesión de visados (con la pandemia y el endurecimiento migratorio ha provocado que muchos transportistas no hayan regresado al país, estimándose un déficit de 100.000 transportistas, según la Asociación de Transporte por Carretera Británica -RHA, por sus siglas en inglés-).

No es el único problema. El estado de pánico en el que se sumió la población, que llenó sus tanques y bidones ante el temor del desabastecimiento, recrudeció la situación por un exceso de demanda, por lo que las gasolineras han tenido que imponer un máximo de 30 libras por repostaje.

La falta de conductores de vehículos pesados se debe a una combinación de la pandemia, el Brexit y otra serie de factores. Miles de conductores de países comunitarios que vivían y trabajaban en el Reino Unido se fueron del país en los peores meses de la pandemia y, ahora, el endurecimiento de las condiciones para vivir en el país impide que vuelvan.

Los datos de La Oficina Nacional de Estadísticas (ONS) indican que en el año que finalizó en marzo de 2021 huno 16.000 ciudadanos de la UE menos trabajando como conductores de vehículos pesados que en el anterior. La pandemia también ha retrasado las pruebas de aptitud para conductores: en 2020 hubo 25.000 candidatos menos para pasar las pruebas que en 2019.

¿Cómo quiere solucionar el Gobierno la situación?

Con este panorama, el Gobierno de Boris Johnson ha aceptado conceder visados temporales de tres meses para que 5.000 conductores puedan trabajar en el territorio británico durante tres meses, aunque la medida se considera como insuficiente.

El ejecutivo tiene además a cientos de militares para que se pongan detrás del volante de los camiones cisterna en caso de ser necesario. Además, se centrarán más examinadores para que puedan realizar las pruebas a los británicos que están a la espera y buscará poner en marcha una especie de 'campamentos de entrenamiento' intensivos y gratuitos para capacitar a 3.000 personas.

En el resto de Europa también hay escasez de conductores

Sin embargo, los trabajadores de la Unión Europea ahora no están por la labor de volver a Reino Unido a cargar con un visado de tres meses para obtener un visado de tan solo tres meses que, en definitiva, sirve para solventar una solución que ellos mismos se han creado. Así lo ha reconocido Edwin Tema, jefe de investigación de la FNV Union, que representa a conductores de vehículos pesados de la UE y Europa.

No hay que olvidar que en el resto de Europa, aunque en una medida menos drástica, también existe una escasez de conductores llamativa. Según los datos de Transport Intelligence, Polonia tiene un déficit de 120.000 conductores y Alemania de entre 45.000 y 60.000. Las malas condiciones de trabajo, largas jornadas y meses fuera de las viviendas; unido a los bajos sueldos; han hecho que la profesión sea cada vez menos atractiva para los ciudadanos.

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