Esta terrible pelea en un bar de Zaragoza que acabó con la muerte de Víctor Laínez, y que comenzó porque éste vestía unos tirantes con la bandera de España, sucedió a principios de diciembre de 2017. Con el referéndum ilegal del 1 de octubre muy cerca y la salida del país de Carles Puigdemont, la división ideológica aumentaba en el país y la muerte del motero supuestamente a manos del activista Rodrigo Lanza podría haberse dado con un claro motivo ideológico.
A pesar de esto, Rodrigo Lanza, el supuesto autor del ya conocido como crimen de los tirantes, será juzgado por violencia, y no por odio, aunque se aprecia un claro motivo ideológico. "El delito de odio no se puede aplicar porque no se puede castigar doblemente un único hecho, y en este caso se trataría de un asesinato", afirman fuentes jurídicas.
Así, la jueza de Instrucción número 3 de Zaragoza, Mercedes Terrer, cierra la investigación como un asesinato con agravantes, en lugar de un crimen con delito de odio. El delito de odio castiga la incitación "al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo, una parte del mismo o contra una persona determinada por razón de su pertenencia a aquél, por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología".
Rodrigo Lanza lleva ya diez meses en prisión provisional, y anteriormente estuvo encerrado por dejar tetrapléjico de una pedrada a un guardia urbano en Barcelona, agresión de la que niega ser culpable.
Al parecer, según testigos, Víctor Laínez, vestido con los tirantes, estaba tomando una cerveza en solitario con "actitud tranquila" en el bar Tocadiscos de Zaragoza, el 8 de diciembre de 2017. Lanza entró al bar con tres amigos, y uno de ellos parece que comentó que Laínez era "de extrema derecha o neonazi", "legionario o de los Templarios", que es un grupo de moteros.
Rodrigo Lanza comenzó una discusión con él, llamándole "facha" y "fascista", echándole del barrio porque "era un barrio antifastista" y "no era bienvenido". Víctor lo llamó "sudaca" y lo mandó a callar. 20 minutos después la discusión seguía en la calle, y Víctor Laínez volvió a entrar dentro del local, momento que Lanza aprovechó para abalanzarse sobre él por la espalda y comenzar una pelea que hizo que el fallecido empezara a sangrar "por los oídos, la boca y la cabeza".
Desgraciadamente, Víctor Laínez murió días después en el hospital, y puede que sus tirantes desaparecieran durante la atención sanitaria o por otros motivos, pues no constan entre las pruebas del juicio. No obstante, la jueza sí confirmó a Heraldo y El Periódico de Aragón que los llevaba, aunque los motivos reales de la pelea fueron los comentarios que se dirigieron. La jueza anota, además, que la víctima no mostraba una "actitud violenta o agresiva", no tenía "posibilidad de defensa" y "no consta que la víctima portara una navaja u objeto semejante".
Sin embargo, Rodrigo Lanza, el supuesto culpable, declaró que sólo le dio un empujón al fallecido para defenderse de su ataque, y luego "se limitó a marcharse rápido del bar, cogiendo sus cosas al salir".
Vox interpuso una demanda contra el autor del asesinato, pero ahora no se presenta como acusación
El 13 de diciembre de 2017, Vox demandó al supuesto autor del asesinato, Rodrigo Lanza, además de a otros autores pendientes de identificar. El partido pedía que no sólo se le juzgara por asesinato, sino también por delito de odio.
El vicesecretario jurídico del partido, Pedro Fernández, afirmó que el partido sería acusación popular "para garantizar que se investigue y persiga este asesinato también como un delito de odio de la izquierda y no sólo como un acto violento aislado".
No obstante, tanto las acusaciones como la defensa están citadas el día 23 de octubre, pero ningún partido político parece formar parte, a pesar de las declaraciones de Vox el año pasado.