Lo que ocurrido con este caso es más o menos habitual,. Se trata de crimen que en su época no se pudo resolver por diversos motivos, pero que, gracias a métodos modernos, a la insistencia o la simple suerte se ha resuelto años después. En este caso, ha sido 47 años después.
En este caso, hay que viajar hasta el 23 de noviembre de 1972 cuando Reei Lynn Hollis, una niña de 11 años, fue secuestrada. Lo último que se conoció de ella es que se encontraba en su barrio en Torrance, en California (EE. UU), montando a la bicicleta cuando desapareció. Sin embargo, un día después su cuerpo fue encontrado sin vida y la autopsia determinó que había sido violada y estrangulada hasta la muerte
Tras 47 años y una coincidencia de ADN
Después de 47 años, según informa Los Angeles Times, un oficial identificó al culpable gracias a una prueba de ADN. En 1974, los investigadores arrestaron a un sospechoso, pero por falta de pruebas fue descartado. Las más de 2.000 personas que fueron interrogadas no dieron su fruto y el asesino no fue capturado. Ahora, un equipo de policía ha arrojado luz sobre el asesino a través de una coincidencia genética entre un pariente del sospechoso de 1974, Jake Edward Brown, y una muestra extraída del cuerpo de la niña.
Esta noticia fue trasladada a Terri, el hermano de Hollis. "Esto realmente me sorprendió después de todo este tiempo. Trae muchos recuerdos difíciles", declaraba a Los Ángeles Time.
La coincidencia de la muestra llevó a los detectives a identificar al sospechoso como Jake Edward Brown. Brown murió en Arizona en 2003 y previamente había sido arrestado por narcóticos, robo y dos violaciones después de Hollis, en abril de 1973 y nuevamente en abril de 1974. Esto llevó a los funcionarios a Arizona, donde Brown fue enterrado. Los detectives exhumaron el cuerpo y, en última instancia, DNA Labs International en Virginia pudo extraer ADN y confirmar que Brown, también conocido como Thomas Tracy Burum, fue el asesino.