El coronavirus continua cobrándose vidas humanas. Y está provocando situaciones traumáticas. En Barcelona, por ejemplo, los crematorios se encuentran completamente colapsados, hasta el punto de que el Ayuntamiento ha tenido que buscar una solución alternativa para gestionar esta crisis.
La alcaldesa Ada Colau se ha visto obligada a coger las riendas de la gestión de los cuatro crematorios que existen en la Ciudad Condal. Su concejal de Transición Ecológica y Emergencia Climática, Eloi Badia, también presidente del Cemeterio de Barcelona, ha optado por limitar inmediatamente el servicio. Y, con ello, también evitar su colapso.
La alternativa que ahora se está ofreciendo a las familias es la siguiente: enterrar durante dos años, con carácter temporal, para después realizar una exhumación e incinerar los cuerpos sin ningún coste adicional para las familias.
Para situar en contexto los datos, en Barcelona hay un crematorio (en Montjüic) que tiene una capacidad para atender 50 casos diarios. Barcelona y sus alrededores, ahora, están registrando una media de entre 150 y 200 muertos diarios. Hay previsiones de instalar un quinto horno durante los próximos diez días. Sin embargo, los casos se acumulan y parece imposible responder a la demanda tan elevada que existe en la actualidad como consecuencia del coronavirus.
Un aumento de la demanda con picos que alcazan el 78%
El concejal Eloi Badia ha reconocido que, con la situación actual, resulta imposible atender todas las peticiones. De hecho, hay esperas que van desde una semana hasta los díez días, e incluso se teme alcanzar el mes.
El concejal ha admitido que se hace "imposible prestar este servicio ahora mismo" y recuerda que la demanda de cremaciones en la Ciudad Condal se ha disparado entre un 54% y un 78%.
La situación se suma al cierre del crematorio de Collserola, que contaba con tres hornos y fue clausurado a finales del año 2019 porque, según el Ayuntamiento, no cumplía con la normativa vigente de emisiones.
Sin embargo, esta no es la primera ocasión en la que se produce un colapso de los crematorios en 2020. En enero de este mismo año, el repunte de la gripe estacional provocó una saturación en este servicio.
