Estamos destruyendo el planeta de tal manera que tener hijos puede ser un acto absolutamente irresponsable. Aunque a muchos les pueda parecer risible, este argumento está calando entre una parte creciente de la población. Según esta creencia, seguir procreando es una forma de condenar la salud ambiental del planeta y de garantizarle a las generaciones venideras un futuro nefasto. Para evitarlo proponen una "huelga de niños".
Según un estudio de Bussines Insider, estamos hablando de una postura creciente. Así lo demostró una encuesta sobre el tema, de la que se extrajo que el 38% de los norteamericanos de una edad comprendida entre 18 y 29 años creían que el cambio climático debería ser un factor a tener en cuenta antes de tener hijos. Para los encuestados entre 30 y 44 años, el porcentaje era de 34%.
Una información de Magnet recoge que ya existe un movimiento social, que recibe el nombre de Extinction Rebellion, que trata de influir en las políticas medioambientales del gobierno británico con acciones de resistencia no violenta. De este grupo surgió la organización 'BirthStrike' (huelga de nacimientos), que cuenta con 140 personas decididas a no tener hijos para ayudar ante "la gravedad de la crisis ecológica". Igualmente, hay que especificar que este colectivo no le cierra la puerta a la adopción.
Los motivos de este movimiento surgen en gran parte de los estudios sobre el impacto ambiental. Por ejemplo, uno de los más importantes que se han tenido en cuenta es un informe de 2017 que comprobó que la forma más efectiva para reducir las emisiones de carbono es no tener hijos. Según esta investigación, no procrear sería más notable que no volver a viajar en avión, no tener coche y no usar ningún tipo de envases.
Tener hijos es un acto egoísta
Después de haber calentado la tierra un grado desde la época preindustrial, ahora se prevé quevamos a conseguir aumentar en otros cuatro grados el clima de aquí a 2100. La ciencia considera que los efectos ya son inevitables, y que el clima se va a agravar si no hacemos nada para evitarlo.
A lo largo de la historia, filósofos de tendencia pesimista ha defendido planteamientos relacionados con la idea de que vivir es sufrir. Estas tendencias tienen que ver con la rebelión reproductiva, por considerar el acto de tener hijos como egoísta al condenarlos a una vida de dolor.
Esta corriente de pensamiento también ha sido defendida en el pasado por malthusianistas, clasistas y racistas. Por eso hay que tener en cuenta también el ángulo nacionalista. Las personas no contaminamos por el mero hecho de exisistir, lo que contamina es nuestra huella climática. Y hay que considerar que la huella de la persona más rica del planeta es muy superior a la de alguien de clase baja, por lo que hay quien argumenta que, dentro del antinatalismo climático, evitar unos descendientes, valdría más que otros.
