Un equipo de científicos del Imperial College, liderado por el neuropsicólogo David Nutt, ha creado Alcosynyh, una bebida producida científicamente que provoca efectos idénticos a los de la borrachera alcohólica (subidón, distorsión de la realidad y excitación). Sin embargo, la novedad de esta creación reside en que deja de lado todos los efectos negativos que trae consigo el alcohol tradicional. No provoca resaca, ni dolor de cabeza o hígado y, ante todo, no produce daños irreparables en el organismo.
El ambicioso plan de Nutt y su equipo tiene como objetivo popularizar el Alcarelle, un ingrediente que se presenta como el perfecto sustituto para el alcohol tradicional, e incorporarlo a su bebida 'Alcosynth, que promete las cualidades relajantes y socialmente estimulantes del alcohol, pero sin los problemas de salud y el riesgo paralizante que este acarrea.
"La mayor parte de mi vida profesional he tratado a personas para quienes el alcohol es un problema, y gran parte de mi investigación profesional se relaciona con eso", explica el ahora jefe del departamento de neuropsicología del Imperial College, después de que fuera despedido de su puesto como asesor del gobierno en asuntos relacionados con las drogas.
"El alcohol es más dañino que la heroína o el crack"
David Nutt comenzó a cuestionar los estándares morales sesgados según los cuales se juzgaba el uso de las sutancias adictivas e incluso hizo famosa su frase: "Montar a caballo es más peligroso que tomar éxtasis". Además, presentó datos que demostraran que "el alcohol es más dañino para la sociedad que la heroína o el crack". Esta labor le costó su despido del gobierno y su nuevo puesto a cargo de la creación de 'Alcosynth'.
Aunque no se declara a favor de la prohibición del alcohol, Nutt cree que se debería invertir más recursos en la concienciación sobre esta sustancia porque se encuentra demasiado arraigada y aceptada socialmente. "No se habla lo suficiente de sus efectos en nuestro cuerpo. Si el alcohol se descubriese hoy en día, se trataría como una sustancia ilegal", explica. "La cantidad segura de alcohol, si se aplican los criterios estándares, sería la de un vaso de vino al año", añade en su artículo académico para el Instituto Transnacional.
El Alcarelle es ahora el arma con el que Nutt pretende ganar su batalla contra los efectos tóxicos del alcohol tradicional. Y es que, más de 20 años de investigación y 90 patentes fallidas después, 'Alcosynth' está más cerca que nunca de ver la luz y sus creadores aseguran que esperan poder comercializarlo en los próximos cinco años.
Un mundo de posibilidades para el Alcarelle
Pero 'Alcosynth' no es la única perspectiva de futuro que sus creadores prevén para el Alcarelle, y confían en que encuentre un abanico mucho más amplio de aplicaciones posibles: "Creemos que, una vez que estemos aprobados y en el mercado vamosa ver una increíble y maravillosa explosión de creatividad. La industra de las bebidas emplea a personas realmente creativas e interesadas en la creación de nuevos sabores", aseguran.
Además, uno de los científicos que forman parte del equipo de Nutt, David Orren, destaca la tendencia creciente a crear alternativas al alcohol en los últimos tiempos y señala el cannabis como sustancia clave en este proceso de creación del 'nuevo alcohol'. "Hemos visto una gran inversión en el cannabis. Están buscando gins y bebidas sin alcohol porque sabe que la gente cada vez bebe menos alohol, y esta es una tendencia que continuará". Además, añade: "Es mucho mejor estar saludable, pero también tiene que ver con el control. Los jóvenes no quieren terminar en Instagram con aspecto de borracho, su jefe podría ver eso".
Por ello, los descubridores de esta nueva sustancia alternativa al alcohol tradicional consideran que controlar de forma automática los efectos perjudiciales que este conlleva sería muy atractivo para los jóvenes y traería consigo resultados muy positivos en el mercado.