La empresa japonesa Sakana AI ha anunciado la creación del primer artículo científico generado íntegramente con su herramienta AI Scientist, que ha sido aceptado en un examen científico tras superar la prueba de la revisión doble-ciego. Esta prueba supone que el artículo ha sido plenamente aceptado por pares, que comprobaron el documento sin conocer a su autor real.
Este hito supone un giro considerable en el desarrollo de herramientas de inteligencia artificial, puesto que hasta la fecha no se había admitido ningún 'paper' hecho con inteligencia artificial cuando tenía que pasar el examen del comité científico.
Sakana publicó su texto en agosto de 2024, 'AI Scientist: Hacia un descubrimiento científico abierto y totalmente automatizado'. Mediante el desarrollo de LLM (grandes modelos de lenguaje), los investigadores se planteaban si se pueden utilizar modelos funcionales que sirvan para automatizar todo el proceso de investigación al completo.
Para ello, emplearon la IA generativa (que no es igual a la IA general, aunque comparten siglas) para comprobar si es posible generar nuevos contenidos a partir de enormes cantidades de información previamente empleadas para entrenar al sistema.
Los investigadores se habían propuesto desarrollar agentes computacionales completamente automáticos para llevar a cabo tareas de investigación científica de modo independiente. Son la propuesta de hipótesis, los experimentos, la verificación de los resultados y las conclusiones. Todo estaba siempre limitado a un campo muy determinado: la investigación en aprendizaje automático.
El proceso no estuvo exento de polémica, puesto que el sistema logró modificar su propio código de forma automatizada para lograr eludir las restricciones impuestas por sus creadores. A pesar de que resulta muy llamativo, en realidad contaba con restricciones y lista de objetivos jerarquizados, pero logró saltarse una restricción que le permitió cumplir mejor uno de los objetivos impuestos, es decir, priorizó las tareas encargadas en todo momento.
La firma japonesa Sakana AI finalmente envió un número indeterminado de 'papers' científicos elaborados por AI Scientis (versión 2) para su revisión por pares, aunque no concreta de cuántos fue capaz de realizar. Entre ellos, se seleccionaron tres para su revisión, de los cuales dos fueron rechazados y solo uno aceptado.
En todo caso, la noticia no implica que el proceso de investigación se vaya a automatizar por completo para que las máquinas hagan el trabajo de manera independiente. En realidad nadie sabe cómo hacerlo porque supondría programar una máquina para que haga algo que no está programado. En todo caso, evidencia la enorme capacidad de la IA para facilitar multitud de procesos para investigadores, pudiendo de este modo garantizar la reducción de costes, facilidad de acceso y menores plazos para el avance científico.
Importa quién escribe
En todo caso, el principal valor de un 'paper' científico no es el escrito, sino la formación de quién lo escribe. El investigador tiene que aprender a escribir artículos relevantes, siguiendo criterios como el orden o rigor, para luego enfrentarse a la crítica de los revisores.
Por este motivo, esta noticia representa realmente un avance en el desarrollo de herramientas de inteligencia artificial para investigadores y la capacidad que permitirá en tareas como la investigación, pero lo importante seguirá siendo qué científicos están tras estos trabajos.