Los preservativos, aunque son el método anticonceptivo más utilizado, no son infalibles. Uno de sus puntos negativos a la hora de usarlo es la lubricación: los condones de látex tienen un punto áspero que puede provocar roturas e incluso incomodidades. Por su parte, los lubricantes comerciales e incluso los aplicados ya de fábrica en los condones, no son suficiente o suponen un gasto más a parte del preservativo. Por lo tanto, vemos que su uso puede llegar a ser un inconveniente a la hora de mantener relaciones sexuales.
Para intentar paliar los contras, una nueva investigación ha involucrado el uso de polímeros superhidratados sobre la superficie de látex para parar crear preservativos con capacidad de lubricación propia. Cuando el recubrimiento entra el contacto con la humedad, idealmente con fluidos corporales, se vuelve resbaladizo.
Sus creadores, científicos de la Universidad de Boston, explican que: "El objetivo residía en si podríamos idear una tecnología en la que el condón fuera autolubricante. En otras palabras: que en presencia de humedad, agua o fluidos vaginales, se volviese resbaladizo". Por los resultados positivos que han obtenido, parece que lo han conseguido.
Tras diseñar prototipos, su uso por parte de 33 participantes fue concluyente: el 85% aseguró que el nuevo material es más resbaladizo. Las conclusiones han sido una grata sorpresa: "El siguiente paso sería un estudio con parejas para ver si, de hecho, esto se traduce en un resultado físico de sexo más placentero", explica Mark Grinstaff, coautor del estudio.
El equipo científico ya ha presentado una patente para la idea y se espera que puedan entrar en el mercado en los próximos años. El último avance en la composición de los preservativos de látex sucedió hace más de 50 años y fue la introducción de aceite de silicona como lubricante. "Estamos utilizando la tecnología de nuestros abuelos en el siglo XXI, lo cual es una locura", concluye Grinstaff.
A la juventud le sigue costando usar condón
Un estudio realizado para el barómetro 2017 del ProyectoScopio, a cargo del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fundación Ayuda contra la Drogadicción (FAD), desvela que un 45,6% de los jóvenes de entre 15 y 29 años reconoce haber mantenido relaciones sexuales con penetración y sin preservativo en alguna ocasión. Más alarmante es la cifra de los que responden hacerlo siempre o casi siempre sin él, que llega al 26,4%.
Por su lado, su uso con el objetivo de prevenir enfermedades de transmisión sexual (ETS), está aun menos extendido. Los jóvenes actuales forman parte de una generación que no vivió la pandemia de VIH/sida en los años 80 y 90, que creó una conciencia alrededor no solo del virus, sino de las demás ETS. Por lo tanto, el mismo estudio revela que el 25% de los nuevos contagiados por enfermedades de transmisión sexual, tienen entre 15 y 24 años.