El empresario leonés Antonino Fernández murió el 31 de agosto a los 98 años dejando un legado que perdurará para siempre: la mundialmente conocida cerveza Coronita. Fernández ha dejado en su herencia varios millones para 'atender' a más de un centenar de sus familiares, así como a los habitantes de su pueblo, los cuales han recibido unos 200 millones de euros.
Fernández trabajó de policía local en Cerezales del Condado (León) antes de emigrar a México, donde comenzó a trabajar en el Grupo Modelo, empresa líder en elaboración, ditribución y venta de cerveza en el país centroamericano. Allí hizo "de todo", hasta que en 1971 fue ascendido a presidente del grupo. Su mayor logro fue la cerveza Corona, llamada Coronita en España porque 'Corona' ya estaba registrado. Se convirtió en la cerveza de importación más consumida en Estados Unidos. Pero aunque estuviera a miles de kilómetros, siempre tuvo en su corazón un lugar para su pueblo.
Cerezales del Condado fue agraciado con una red de tuberías nuevas, con un nuevo sistema que permitió que todos los vecinos tuvieran acceso a agua corriente, arregló el cementerio, restauró la iglesia y la mezquita... Y ahora, incluso después de su muerte, Fernández ha querido asegurarse de que a su pueblo no le falte de nada: la prensa local ha asegurado que 200 millones de su fortuna han sido repartidos entre un centenar de familiares, algunos de los cuales todavía viven en León. Antonino y Cinia, su mujer, no tuvieron hijos, pero sí muchos sobrinos de sus 12 hermanos, entre los cuales se han repartido una gran herencia.
Antonino Fernández también fue generoso en otros lugares además de en su pueblo: entre sus obras sociales destacan la apertura en León de la empresa Soltra, que da trabajo a jóvenes discapacitados, y que replicó en México. Además abrió en 2009 la Fundación de Cerezales Antonino y Cinia para desarrollar su región y su pueblo. También era un hombre muy religioso y devoto de la Virgen del Camino, de cuyo santuario fue benefactor. Esta labor filantrópica fue reconocida en varias medallas de honor e incluso el Rey Juan Carlos I le nombró caballero de la Orden de Isabel la Católica.
Parece que el anuncio de la Lotería no iba desencaminado y el Gordo ha tocado antes de tiempo, en León, aunque aún no se sabe a quién exactamente ni cómo se ha repartido.