¿Has leído alguna vez la información nutricional de los productos que comemos? Sí, aquellas etiquetas que especifican la composición de cualquier producto alimenticio. Seguramente, muchos de los que lean este artículo lo hayan hecho pocas veces, por no decir casi nunca; y, de hecho, es una cosa de suma importancia a la hora de descubrir ciertos engaños publicitarios.
Cierto es que la mayoría no sabría muy bien interpretar, leer o entender estas etiquetas nutricionales, pero resulta primordial para destapar la falsa publicidad que se esconde detrás del márketing de muchos productos alimenticios. Por ejemplo, muchas veces la palabra "light", "saludable", "ayuda a nuestras defensas" o "contiene tal vitamina" no es del todo real y se lleva al engaño al consumidor.
Por eso, es importante que como consumidores se comience a comprender las etiquetas nutricionales de los alimentos, para conocer lo que realmente se está ingiriendo: desde los ingredientes hasta el valor calórico.
A continuación, os señalaremos una serie de elementos, ingredientes o componentes que tenéis que tomar en cuenta a la hora de leer la información nutricional de un alimento para comprobar si nos engañan:
1 Los aditivos alimentarios
Los aditivos alimentarios están representados por los números E (E-466, E-262, etc.) por lo que cualquier producto que los contenga en su etiqueta no podrá ser distinguido como casero, según la OCU. Estos se pueden encontrar en una gran gama de artículos y, entre ellos, comida precocinada o congelados.
2 La importancia de las vitaminas y minerales
Estos dos elementos, las vitaminas y los minerales, son esenciales para nuestro organismo. Por eso, es importante comprobar cuánta cantidad -si es suficientemente nutritivo- tienen esos productos que prometen al consumidor una cuantía extra de ellos (hierro, calcio, etc.). Además, hay que establecer si es conveniente comprar ese producto si hay un exceso en cuanto a cantidad de sales, azúcares o aceites vegetales. Lo que te dan, por un lado, te lo quitan por otro. Eso sí, es mejor apostar por productos naturales a la hora de ingerir vitaminas y minerales.
3 Sabor añadido
Cuando se compre cualquier producto alimenticio que pone "sabor a..." en los yogures o leche, entre otros productos, significa que no tiene nada de fresa, limón, chocolate, canela o vainilla. Por lo tanto, podemos concluir que este producto no es del todo saludable y será mejor optar por yogures o leche natural. Incluso, cuando indica que "contiene trozos de frutas" y demás, pueden estar engañándote. Compruébalo.
4 Sal
A la hora de comprar un producto precocinado o elaborado hay que comprobar la cantidad de sal que contiene. En el etiquetado nutricional vendrá cuantos gramos hay por cada cien del producto. La OMS recomienda un consumo máximo de cinco gramos diarios de sal en adultos para evitar riesgo de enfermedades cardiacas.
5 Fibra
La mejor forma de conseguir fibra en nuestra alimentación diaria debería llegar a través de las frutas y verduras que, además, cuentan con más propiedades saludables. Muchas de ellas, que no mantienen los alimentos procesados. Desde El Español también recomiendan que se desconfíe de los falsos cereales, pastas o panes integrales, a no ser que ponga en su etiqueta nutricional que están fabricados con harinas integrales.
6 Azúcar
El problema y las consecuencias del consumo excesivo de azúcar es un tema candente en la actualidad; de hecho, hasta los productos más insospechados la contienen. Por eso, hay que estar muy atento a la hora de comprobar en la etiqueta nutricional la cuantía de cualquier tipo de azúcar (añadidos, naturales...). Hay que tener mucho cuidado porque a veces vienen bajo otra denominación o nombre como jarabe de glucosa. También hay que evitar los edulcorantes en esos productos que ponen "sin azúcares añadidos". La Organización Mundial de la Salud recomienda no consumir más de un 10% de las calorías diarias para evitar problemas de salud.
7 Carne o producto cárnico
La diferencia entre carne y producto cárnico es la siguiente: la segunda es como la primera, pero lleva añadidos como conservantes, colorantes o especias, entre otros ingredientes. Cuando compres una bandeja de diferentes preparados de pollo, cerdo, ternera o pavo fíjate si está calificado como "producto cárnico".
En estos ingredientes añadidos se pueden encontrar conservantes y colorantes con cierta peligrosidad para nuestro aparato digestivo. Según, la OCU, hay que evitar nitratos como el E-251 y el E-252.
8 Grasas no saturadas
En la etiqueta nutricional es importante distinguir qué tipo de grasas contiene, porque no son todas igual de beneficiosas. La no saturadas siempre son más recomendables; mientras que deberíamos evitar las saturadas a toda costa. Las más dañinas serían las denominadas grasas trans que se encuentran en la bollería industrial, pastas, aceites de cocina, pasteles, etc.
9 Aceites Vegetales
También es muy importante prestar atención con qué tipo de aceite están elaborados los productos. En el peor caso está el aceite de palma, muy perjudicial para la salud y que ha originado una extensa campaña para reducir su utilización. También habría que evitar productos que hayan utilizado aceite de girasol o aceites de oliva de baja calidad.