El decreto del estado de alarma aprobado por el Gobierno contempla la apertura de los supermercados y la salida a la calle con el objetivo de adquirir bienes de primera necesidad. Esto ha servido para que muchas personas aumenten la frecuencia con la que visitan estos establecimientos o, directamente, decidan saltarse las normas básicas como el uso de guantes.
Ese uso de guantes es algo básico, aunque no único. Por ejemplo, el uso de mascarillas no es obligatorio y la falta de stock impide que toda la población pueda llegar a contar con una. Aquí conviene recordar un dato: esta herramienta de protección es fundamental para evitar que un positivo asintomático pueda transmitir el patógeno, por ejemplo, al hablar.
Aunque hay situaciones realmente peligrosas y que, de paso, explican el riesgo de contagio real al que se enfrentan los clientes y, sobre todo, los que están en primera línea: los reponedores, cajeros y empleados en general. El mejor resumen parte de este vídeo elaborado publicado en el marco de una investigación de la Universidad de Aalto: así se expande el virus entre los pasillos de las tiendas cada vez que tosemos:
Un riesgo real
El equipo de la Universidad de Aalto realizó un estudio mediante una supercomputadora donde analizaron el comportamiento de las diminutas partículas virales que abandonan el tracto respiratorio al toser en el pasillo de una tineda, entre los estantes, teniendo en cuenta la ventilación habitual en este tipo de establecimientos.
Con ello, descubrieron que en este tipo de situaciones se produce una especie de nube que se diluye a medida que se va expandiendo. Sin embargo, esa nube crece y dura varios minutos, lo que hace que cualquier persona que esté en otro pasillo inhale las partículas sin ser consciente.
"Alguien que esté infectado por coronavirus puede toser y alejarse después, pero dejará partículas de aerosol extremadamente pequeñas que transportan el coronavirus. Esas partículas podrían terminar en el tracto respiratorio de otras personas cercanas", ha advertido Ville Vuorlen, experto en dinámica de fluidos de la Universidad de Aalto.
Para una tos seca, la habitual en el caso del coronavirus, el tamaño típico de las partículas ronda las 15 micras. Los científicos han modelado el movimiento de las partículas de aerosol de menos de 20 micras, lo suficientemente pequeñas como para quedar en el aire en vez de caer al suelo o moverse incluso varios metros a lo largo de pequeñas corrientes.
Por esta razón, los científicos que han participado en el estudio recomiendan evitar todo lo posible aquellos espacios interiores en los que haya otras personas cerca. Y, también, esperan concienciar sobre la necesidad de reducir las visitas al supermercado y fortalecer las medidas de seguridad, para clientes, pero sobre todo para empleados.