La situación del coronavirus en España "está fuera de control en algunas zonas", ha asegurado Fernando Simón. Una de esas zonas, por cierto, es la Comunidad de Madrid, la misma en la que un juez ha derogado la prohibición de fumar en la calle y el cierre del ocio nocturno apelando veladamente a la necesidad de utilizar el estado de alarma.
En estos momentos, la situación crítica se ha extendido hacia el oeste desde el epicentro que representaron Cataluña y Aragón en el inicio (la primera ahora con la situación en cierta medida controlada).
A pesar de los esfuerzos por coordinar las actuaciones de las comunidades autónomas, el Gobierno continúa delegando la gestión de una pandemia que no conoce fronteras con una estructura regional. Lo cierto es que las comunidades son quienes tienen la competencia en Sanidad, pero cada vez surgen más voces críticas que reclaman plantear un nuevo estado de alarma, sobre todo que ahora el PP parece más proclive a pactar este escenario.
Los datos hablan por sí solos. El porcentaje de positivos sobre el total de pruebas ha subido hasta el 7,9% en la semana correspondiente entre el 7 y 13 de agosto, sergún los últimos datos publicados por el Instituto Carlos III. Fernando Simón no engañaba apelando a que la crisis "está fuera de control": la OMS sitúa ese contexto de control en un 5%.
Tener un dato alto en este baremo revela muchas realidades. Primero, que el virus se está expandiendo cada vez más rápido. Segundo, que se está realizando principalmente a personas con síntomas, lo que implica que la estrategia de detección va por detrás del virus, que no hay anticipación para cortar de raíz la transmisión y que son necesarias medidas urgentes para volver a adelantarse. Esta situación lleva empeorando especialmente desde el mes de julio.
Pero ese escenario, además, difiere entre comunidades autónomas, lo que también implica que las distintas formas de entender la gestión de la pandemia contribuyen a que unas comunidades paguen la irresponsabilidad de otras. Llama especialmente el dato sumamente alto de positivos por PCR que se registra en la Comunidad de Madrid, un 15,5%, el más alto de España. Solo se encuentran debajo del 5% que estableció la OMS las comunidades de Valencia, Galicia, Castilla-La Mancha, Cantavria y Asturias.
La comparación con el resto de países de nuestro entorno es demoledora
La situación epidemiológica en España, que había empezado a ser un referente a principios de verano, se ha deteriorado significativamente con el paso de los meses y la consolidación de la 'nueva normalidad'.
Si continuamos con ese baremo del 5% establecido por la OMS, mientras que España ya alcanza un 7,9%; Italia solo registra un 1,4% en el mismo período analizado. El país transalpino, por cierto, sufrió el mismo escenario que nuestro país durante la primera ola. Mientras tanto, Alemania se queda en el 0,9% y Francia en el 2%.
Los datos más cercanos a España solo se encuentran en Bulgaria y Rumanía, que también están por encima de ese 5%, pero con una situación epidemiológica menos preocupante que la española.
Nuestro país realiza el mismo número de test que nuestro entorno. Un dato que no tiene en cuenta que los contagios están disparados en nuestro país y fuera no. Todo se suma a un sistema de rastreo que se está mostrando ineficiente sin poder trazar los contagios.
El mayor temor: la 'vuelta al cole'
Si la situación es preocupante en pleno mes de agosto, sin colegios y un gran porcentaje de los ciudadanos en vacaciones, el mayor problema se antoja en septiembre y, sobre todo octubre, cuando ya sí habrán vuelto todos los ciudadanos a sus puestos de trabajo.
El transporte público es el gran riesgo para los contagios, puesto que son lugares masificados y, aunque haya una gran reposición de aire al abrir las puertas entre estaciones, la imposiblidad de respetar la distancia de seguridad existe.
Algunas medidas, como imponer una entrada escalonada en los trabajos, reducir al máximo el aforo en estaciones o potenciar el teletrabajo, se suman a otras actuaciones que limitan derechos fundamentales y para las que sería necesario el estado de alarma.