La historia de la extitular del Juzgado número 43 de Madrid, María del Coro Cillán, bien daría para escribir toda una novela. Con toda una vida dedicada a la judicatura y en la cúspide del poder judicial, la magistrada ahora se encuentra en un momento muy complicado: en paro, con meses de indigencia a las espaldas y aislada en una clínica sin contacto con el exterior (según denuncia su abogado), a pesar de que no está incapacitada.
El origen al que ella atribuye sus males: su denuncia al comisario Villarejo cuando todavía nadie conocía su verdadera trayectoria. En concreto, una demanda que presentó en 2015 por los delitos de usurpación, tráfico de influencias y cohecho tras la publicación de unas grabaciones en las que, aparentemente, el excomisario maniobra para acabar con su carrera porque está bloqueando la 'Operación Cataluña' contra Pujol. Sin embargo, nadie la tomó entonces en serio: fue desestimada por el Juzgado número 12 de Madrid.
La fijación de Villarejo con la magistrada venía de lejos, como bien consta en otra grabación del excomisario con el empresario Javier de la Rosa grabada en diciembre de 2012. En ella, aparece de la Rosa criticando a la jueza porque ha filtrado al diario El Mundo que le va a citar en un juicio contra Jordi Pujol y quiere parar la noticia. En plena 'Operación Cataluña', la magistrada quiere que De la Rosa apuerte pruebas en sede judicial contra Jordi Pujol, a quien acusa de amenazas y coacciones por relucir sus trapos sucios.
En ese contexto, el empresario pide ayuda a Villarejo (que en este caso se hace llamar Manuel Villar y se presenta como abogado) con el objetivo de parar la noticia y posponer su declaración programada por Cillán y el excomisario responde: "Con otros medios esta mujer no tiene ascendencia porque está muy desacreditada, por una serie de cosas". En ese momento, De la Rosa muestra su preocupación ante la publicación en otro medio. Villarejo no tarda en responder: "Punto uno, no lo va a hacer. Punto dos, se le va dar un toque esta mañana tempranito y la van a pegar un tirón por parte del decano, que es el que tiene la obligación de llamarla al orden". Durante la conversación, Villarejo también tacha a la magistrada de "loca" y muestra su descontento porque "no está controlada".
"Se la va a dar un toque y la van a pegar un tirón
Finalmente el movimiento obtuvo resultado. La noticia no terminó publicada en ningún medio de comunicación y De la Rosa fue citado a declarar como quería, después de las Navidades. Allí se retractó asegurando no tener constancia de que Pujol tenía cuentas en Suiza, pero Villarejo se había movido para apartar definitivamente a Cillán del caso Pujol.
De manera paralela a estos hechos, la carrera de la magistrada se encontraba en franco declive. Varios años después, en su demanda contra Villarejo, Cillán aseguró que la grabación evidenciaba que el policía movía hilos para quitar la gestión del caso de De la Rosa y derivarla a la Audiencia Nacional con el objetivo de "controlarla".
En la conversación con De la Rosa, el comisario Villarejo no duda también en pronunciar otras palabras que suenan a premonición: "Se va a hablar con esta señora y se la va a quitar totalmente la jurisdicción".
Inhabilitada por el cierre de una discoteca
Diez meses después de esas palabras, se acaba de manera repentina la carrera de Coro Cillán. De un plumazo. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid la condena por un delito de prevaricación a 15 años de inhabilitación para ejercer su trabajo por el cierre de la discoteca Moma.
En la sentencia se señalaba que la magistrada ordenó deliberadamente el cierre de esta sala de fiestas para favorecer a una persona con la que mantenía relaciones íntimas de amistad, a quien luego nombró administrador único con un sueldo de 2.500 euros mensuales: "No era sostenible jurídicamente mediante ningún método aceptable de interpretación de la ley", aseguró entonces el tribunal.
Sin embargo, no todo el mundo se muestra conforme con aquella sentencia. Un letrado de Plaza de Castilla que conoce el caso confesó al diario El Mundo el pasado mes de agosto que "lo del Moma fue una trampa, un montaje. Un socio de la discoteca presenta la denuncia contra el otro socio por la noche, sabiendo que ella estaba de guardia en el juzgado. Y pide que se ponga una administración judicial porque su compañero se está quedando con todo el dinero. Y Coro pone a un administrador que era amigo suyo, que luego ni siquiera se presentó como testigo en su defensa. Además, el socio de la discoteca que fue a poner la denuncia inicial y al que también nombró administrador después, se persona como acusación contra la jueza siendo uno de los beneficiados por la prevaricación. No tiene ningún sentido".
En la indigencia, aislada en una clínica y fotografiada
Otro abogado que trabaja habitualmente en los juzgados de Plaza de Castilla difiere y considera que Villarejo se limitó a tocar las teclas que, fácilmente, iban a precipitar su caída: "Ella ya no estaba psicológicamente bien. Y esa gente que fue a por ella conocía sus debilidades... Siempre ha sido una jueza bastante tramposa y lo del Moma fue el movimeinto perfecto para quitársela de encima".
A partir de su inhabilitación, que acabó con el trabajo al que había dedicado su vida por completo, empezó un fuerte declive: "Se pasó dos años deambulando por Plaza de Castilla, tenía muchos problemas con el alcohol, estaba todo el día bebiendo cerveza. Llegó un momento en el que ya ni la dejaban entrar en los bares", ha asegurado un camarero. Una madrugada, de hecho, se acercó al juzgado de guardia completamente ebria y se cayó en la puerta. Una ambulancia la recogió, la ingresó en el hospital de La Paz y terminó en psiquiatría.
Hablamos del año 2016 cuando la revista Interviú publicó un duro reportaje contra la magistrada titulado: 'De jueza a indigente'. En declaraciones al diario El Mundo, el abogado de Cillán, José Luis Abascal, acusa: "Se colaron hasta la habitación donde estaba ingresada, la fotografiaron y publicaron que vivía en la calle. Es falso y eso terminó de desprestigiarla del todo. Solo hay que ver que eel director entonces de la revista, Alberto Pozas, está hoy imputado por entregar ese año a Villarejo un pendrive con datos personales de Pablo Iglesias. Está clara la conexión que existe".
Cuando salió del hospital, Coro Cillán fue trasladada al centro de mayores Casablanca, del barrio de El Plantío de Madrid bajo la tutela de la Comunidad de Madrid. Y luego, sorpresivamente, se la envió fuera: al centro de rehabilitación psicosocial San Juan de Dios de Palencia. Un centro que, según su página web, recibe a "enfermos mentales crónicos con trastornos psiquiátricos graves cuyas dificultades de adaptación social y personal impiden su integración".
Sin embargo, este centro es como una especie de cárcel para ella. Sus allegados aseguran que es incapaz contactar con ella o visitarla y no hay constancia de su actual estado. Su actual abogada, Mercedes Gil, denuncia la situación al diario El Mundo: "No existe ninguna sentencia que la haya incapacitado. No sabemos qué está pasando. Está forzosamente en el centro y nadie nos explica por qué la tienen aislada y por qué está allí sin estar incapacitada".
Coro Cillán no ha vuelto desde aquel reportaje a aparecer en ningún medio de comunicación. Permanece recluida en la clínica de Palencia y no se ha pronunciado sobre la actual situación de Villarejo, que continúa en el centro penitenciario de Estremera (Madrid) y a quien le ha aparecido un nuevo escándalo: los pagos que recibió por parte del BBVA cuando ya se encontraba detenido.