No es lo mismo acudir a Eurovisión como corista que como artista principal, pero lo cierto es que este trasvase se suele dar en múltiples ocasiones. Es algo común ver cómo, en cuestión de unos años, algunos artistas pasan de estar en la sombra dando apoyo vocal al artista principal, a luego ser ellos los protagonistas.
De esta forma, a nombres como los de Lea Sirk con Eslovenia, Tanel Padar con Estonia un año antes de ganar, o la propia Gisela con Andorra; se suma Vassil Garvanliev, el que fuera corista de Tamara Todevska en Tel Aviv y que será el representante de los macedonios en el Rotterdam Ahoy.
Con sorpresa y sin apenas rumores previos, sería la UER la encargada de anunciar a este artista conocido en su país por su presencia sobre todo en el mundo del musical, y que cuenta con tres singles en el mercado hasta la fecha.
Una dulce vuelta a Macedonia
La carrera de Vasil Garvanliev la podemos entender como nómada. Comenzó con apenas siete años a entrar en el mundo de la música y el teatro musical, y ya en su niñez se marchó a Estados Unidos, dejando su Macedonia del Norte natal hasta el año 2018.
Habiendo participado en más de una cincuentena de musicales alrededor del mundo, el varítono ha tenido tiempo de colaborar en proyectos de artistas de la talla de Nelly Furtado, Enrique Iglesias o la también eurovisiva Céline Dion.
Sin embargo, parece que su vuelta a Skopje explica la decisión definitiva de comenzar una carrera en solitario que le ha acabado llevando a Eurovisión. Estando en Macedonia desde 2018, tres han sido los singles publicados por Vasil, que tendrá Eurovisión como gran trampolín para llevar a cabo su primer trabajo discográfico.
La gran sombra de Tamara
Para Macedonia del Norte Rotterdam 2020 no es un año cualquiera. Después de estrenar nombre como país en Tel Aviv, y cosechar su mejor resultado histórico con el séptimo puesto de Tamara Todevska, la presencia en Países Bajos debe refrendar la línea ascendente del país exyugoslavo.
Para ello, parece mantenerse la herencia de Tamara al llevarse uno de sus coristas, aunque el estilo parece bien diferenciado, al acostumbrar Vasil a producir música pop un tanto más movida.
Sea como sea, acabar dentro de la final debe ser el mínimo objetivo de una delegación que tras seis años encontró el camino de llegar al sábado y quiere seguir creciendo.