Son numerosísimas las amantes que ha tenido el emérito rey Juan Carlos a lo largo de su vida, pero una es la que ha acaparado más titulares por situarse en el centro de los escándalos del Borbón. Será el 28 de septiembre cuando Corinna zu Sayn-Wittgenstein tenga que declarar como imputada de la pieza Carol, aunque lo hará por videoconferencia desde la embajada española de Londres, según dictó la Audiencia Nacional.
El pasado 28 de julio, el instructor del caso Villarejo decidió reabrir la pieza Carol, donde constan los audios del comisario José Manuel Villarejo, vinculado a las cloacas del Estado, con Corinna, con el objetivo de investigar si le encargó espiar una asistente personal española que tenía contratada y que podía estar filtrando información sobre su vida privada.
En los audios incorporados a la causa consta que la empresaria alemana transmitió a Villaejo su inquietud por estos hechos. Corinna siempre ha defendido que en los últimos años ha sufrido una brutal campaña de acoso por parte de los servicios de inteligencia españoles tras haber puesto fin de forma abrupta a su relación sentimental con Juan Carlos de Borbón.
Lo cierto es que Larsen siempre se ha mostrado reticente a desplazarse hasta España. Aunque ha conseguido que le permitan declarar desde Londres debido al a pandemia del coronavirus, el miedo de la examante del padre de Felipe VI. Según revela Pilar Eyre en su blog de Lecturas, Corinna teme acabar como Diana de Gales. "¡Temo morir como ella!", declaró hace poco desde la capital británica, según narra la periodista.
Según la versión de Corinna, alguien se coló en su apartamento de Suiza y dejó sobre la mesa un libro sobre la muerte de Lady Di. Además, al día siguiente recibió una llamada anónima que, con voz susurrante, la amenazó: "Hay muchos túneles entre Mónaco y Niza", aludiendo al accidente que le costó la vida a Lady Di en el túnel bajo el Puente del Alma, en París.
Corinna se plantea denunciar el CNI
Corinna estaría dispuesta a denunciar ante el Tirubunal Supremo la persecusión a la que está sometida por parte del CNI. Para ello, alegará que "el servicio de inteligencia español, CNI, ha gastado millones en una campaña de acoso", que ella misma "ha estado bajo vigilancia constante de agentes españoles", que "sus teléfonos y ordenadores han sido pirateados y desactivados", que "han intentado lavar el cerebro de sus hijos para que crean que ella es corrupta" y, por último, que también "ha sufrido una campaña difamatoria de fake news".
Parece ser Corinna tiene en su haber las suficientes pruebas para demostrar este acoso que se habría prolongado durante años. Ha empezado por contar a medios ingleses estos supuestos episodios en los que los Servicios de Inteligencia habrían practicado malas artes contra ella. Y parece que esta vez va en serio: "Después de ocho años de abuso, que también se han dirigido a mis hijos, y dado que no hay un final a la vista, a regañadientes no me queda otra opción que emprender acciones legales".
