La cifra de infectados por el coronavirus en Corea del Sur superó la cifra de las 6.000 personas. Ante esta situación, las autoridades han optado por la situación más caótica: lejos de planes racionales de contención, han decidido revelar información mediante mensajes de texto en el que incluyen datos privados -dónde han estado, dónde viven, etc- de los infectados.
Las autoridades públicas estatales y locales del país están enviando "textos de orientación de seguridad" que comienzan a primera hora de la mañana y terminan por la noche, recordando que se laven bien las manos y que no se toquen la cara con ellas sin lavar. Sin embargo, para muchos, estos mensajes, aunque están destinados a ser un servicio de salud pública, están alimentando el estigma social.
Información sensible y privada
Las críticas se centran en que estos mensajes muestran los movimientos de las personas que recientemente se les ha diagnosticado el coronavirus, como, por ejemplo: "Una mujer de 60 años acaba de dar positivo", a lo que añade, "Haga clic en el enlace de los lugares que visitó antes de ser hospitalizada". Al pinchar en el enlace, el usuario accede al sitio web de una oficina del distrito que enumera los lugares que el paciente había visitado antes de dar positivo, según publica The Guardian.
Esto ha hecho que se revele cierta información privada y/o embarazosa de muchos de estos pacientes, como infidelidades o engaños de todo tipo. Los coreanos han visto con horror cómo sus vidas privadas quedaban al descubierto con lo que ello supone. Especulaciones sobre si estaban teniendo una aventura, había hecho novillos en el trabajo o si la secretaria se había sometido a una cirugía plástica.
Extorsión a negocios
Por ejemplo, una mujer de unos 60 años, fue a trabajar normalmente, asistió a una boda y almorzó en un restaurante con unos amigos, a pesar de haber sido hospitalizada recientemente con heridas causadas por un accidente automovilístico. Días más tarde dio positivo por Covid-19 y, por ese mensaje, quedó expuesta. La empresa de seguros en un principio acusó a la mujer de cometer fraude.
Estas alertas también están afectando a las tiendas y restaurantes que fueron visitadas por esas personas que días después se les diagnosticó coronavirus. Si bien mensajes no identifican a los pacientes, aparte de dar su género, rango de edad y asignarles un número de caso, sí revelan los nombres de las tiendas y restaurantes que visitaron antes de ser evaluados. Incluso, están recibiendo extorsiones telefónicas de hombres que afirman estar infectados con Covid-19 que exigen dinero a cambio de su silencio.
