La familia Franco ha tomado una decisión sobre lo que harán con el cuerpo del difunto dictador si finalmente es exhumado del Valle de los Caídos. Tras el traslado de los restos mortales, el cual el Gobierno prevé llevar a cabo antes de Navidad, la familia ha comunicado su deseo de trasladarlos a la cripta de la catedral madrileña de La Almudena. "Una vez que exhumas los restos, se encarga la familia. No depende de nosotros. No podemos decidir a dónde van", declaró la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, a principios de octubre.
La polémica que rodea la exhumación no para de crecer y ante la decisión de la familia Franco, la plataforma de asociaciones antifranquistas '#NiValleNiAlmudena, Madrid sin Franco', ha convocado una manifestación que se celebrará este 25 de octubre. La movilización comenzará a las 19:00 horas en la Puerta del Sol, para concluir en la Catedral de La Almudena.
La plataforma, formada por más de una cincuentena de organizaciones memorialistas y de víctimas del franquismo, junto a organizaciones sociales y partidos políticos como Podemos e IU, ha elaborado una carta para el Presidente del Gobierno. En ella piden que se evite el traslado del cuerpo a la catedral, pues "el entierro de Franco en La Almudena, un lugar público a pocos metros de la Plaza de Oriente, donde la dictadura organizaba los actos de exaltación del régimen, supondría una vejación y una humillación para las miles de víctimas del franquismo, para sus familias, y para el conjunto de la sociedad".
Desde el escrito, también alertan sobre la posibilidad de que la catedral de La Almudena se pueda convertir en un lugar de peregrinación para los 'neofranquistas' y demás fascismos europeos. La proposicón de la plataforma no parece descabellada teniendo en cuenta el panorama nacional e internacional en el que crece la extrema derecha tanto en Europa como en el mundo.
¿Dónde están enterrados los dictadores europeos del siglo XX?
Desde los organismos internacionales de Derechos Humanos, se expresa una opinión basada en la premisa de que una democracia no puede honrar a un dictador. Suena lógico que se rechaze totalmente la figura dictatorial desde gobiernos que abogan por la libertad, los derechos y la democracia. Así sucede en la mayoría de países europeos que vivieron regímenes autoritarios durante el último siglo.
En Alemania se dio la peculiaridad de que Adolf Hitler se suicidó según la versión oficial. Sus restos fueron quemados y enterrados en un lugar desconocido. En el caso de Italia, los restos de Benito Mussolini fueron sepultados bajo una tumba anónima y desconocida tras haber sido fusilado y exhibido muerto en Milán. Por último, Antonio de Oliveira Salazar, dictador en Portugal, fue enterrado en una modesta tumba en una parroquia donde yace junto a su familia.
Como vemos, los dictadores europeos del siglo XX que más cerca se encuentran de nosotros están enterrados en lugares desconocidos y en el anonimato o en lugares modestos con familiares. En España, todavía tenemos al nuestro en un monumento bajo la cruz cristiana más alta del mundo y tras la inminente exhumación, su familia pretende enterrarlo con honores militares en una catedral del centro de Madrid.