El miedo, la incertidumbre y en algunos casos la paranoia se ha extendido como la pólvora por el coronavirus. Las palabras pandemia y cuarentena han hecho que muchas personas se lancen a los supermercados y tiendas de barrio a comprar compulsivamente como si fueran a estar recluidos y encerrados en casa durante cinco o seis meses.
En los últimos días han recorrido por WhatsApp y redes sociales diversos videos e imágenes de estanterías de supermercados vacías y colas de carros llenos hasta arriba. La histeria todavía no ha calado a nivel colectivo, pero algunos parece que se están preparando como si de un apocalipsis zombi se tratara, cuando no es así. Solo será unas semanas -si se llega a ese extremo-.
Hay que llamar a la tranquilidad, solo ver informaciones de fuentes oficiales y tomar las precauciones básicas y recomendadas. Lo más seguro es que ese aislamiento sea de tan solo unas semanas, en ciertos lugares, para contener y frenar el foco de infección del coronavirus. No hace falta comprar comida y papel higiénico para un largo periodo de tiempo, ya que esto no es un holocausto nuclear. Siempre con respeto y mesura, pero no con un alarmismo desmedido.
La despensa
Para esas semanas de aislamiento (que no meses) hay que echar un vistazo a nuestra despensa o almacenaje para prepararse las cosas justas, necesarias y sin excesos para ese periodo. Lo primero es hacer una revisión exhaustiva de todo lo que ya tienes en almacenado entre alimentos perecederos, no perecederos, congelados, frescos o bebidas, entre otros. Esto te sirva para hacer una lista que te permita aclarar lo que vas a necesitar aproximadamente durante unas semanas.
Esta revisión te dirá qué alimentos perecederos tienes y cuáles tienen una fecha de caducidad más próxima que, como es lógico, tendrás que consumir primero. Además, has de revisar si tienes sobras en el congelador de días anteriores para que los consumas en primera instancia y dejes espacio a carnes, pescados y verduras frescas que necesitarás durante estas semanas.
Las reservas de agua serán muy importantes y deberás calcular cuántas necesitarás durante las próximas semanas. Además, también tienes que revisar cuánta leche, café o té tienes y necesitarás; aunque, de por sí, la leche no te durará demasiado.
Alimentos de alta duración
Los alimentos deshidratados y en conserva juegan un papel importante para las próximas semanas. En los primeros, se pueden encontrar variedad de legumbres, embutidos, verduras, fruta, etc. que suelen tener una fecha de caducidad alta; y, en los segundos, se puede encontrar de verdura, legumbres, pescados, etc. Es decir, la típica lata de bonito, maíz o tomate, entre otras.
Las patatas, cebollas o los ajos son alimentos básicos y que si se conservan en bien pueden durar mucho, por eso es aconsejable comprarlos para esas semanas de cuarentena. También tienes que pensar en comprar alimentos de alta duración como arroz, pastas y legumbres -lentejas, alubias, garbanzo, etc.-. También hay que pensar en comprar aceite, sal, condimentos básicos y algún paquete de harina de trigo o levadura por si te atreves hacer pan, aunque siempre puedes comprar los típicos paquetes de tostadas.
La nevera
La nevera la utilizaremos para guardar alimentos tales como yogures, embutidos, fiambres, huevos, entre otros. Siempre intentando que tenga la fecha de caducidad más alta posible. No hay que olvidar, dejar un pequeño espacio para ir guardando posibles sobras diarias.
El congelador, otra parte imprescindible, hay que dejarlo para alimentos como el pescado o la carne, pero, ante todo, hay que almacenarlos listo para el consumo. Es decir, no guardar un pollo entero -porque ocuparía mucho sitio-, pero sí en filetes, por ejemplo. Buscar la optimización del espacio. Qué alimentos se pueden guardar: merluza, bacalao, salmón, filetes de lomo, ternera o pollo, entre otros.
Versátiles y te sacan de un apuro
Hay ciertos alimentos que son versátiles y de alta duración que te pueden sacar de muchos apuros, durante estas semanas de cuarenta. Las lentejas, alubias, pimientos, tomate o garbanzo en bote deberían ser imprescindibles en la despensa. Listos para consumir en forma de guiso, acompañamiento, crema o hummus, por ejemplo. Algo básico.
Las latas de conserva de atún, sardinas, mejillones, sardinillas o mejillones, entre otras son imprescindibles para estas semanas; eso sí, siempre comprándolas con cierta calidad. Estas son una fuente muy importante de carbohidratos y proteínas, tienen una fecha alta de caducidad y son fáciles de conservar. Tampoco te podrán faltar alguna lata o botecito de maíz dulce para sopas o ensaladas. Aquí también habría que pensar en conservas de alcachofas, espárragos blancos o judías verdes.
Los arroces y pastas son básicos porque sin una fuente de carbohidratos y duran mucho. A ambos se pueden unir la quinoa, el cuscús o el mijo, entre otros. Además, de sus propiedades, hay que pensar en su versatilidad culinaria. Si te gusta la pasta fresca, la pizza casera o hacer pan también es ideal comprar harina.
