Hay evidencias claras de que realizar actividad física contribuye de manera efectiva a mejorar nuestra salud y evitar o paliar muchas enfermedades y problemas de salud. De forma adaptada a nuestra edad y condición física, todos podemos incorporar este hábito en nuestra rutina diaria que nos ayudará a mejorar nuestra forma física y también será una ayuda para nuestro cerebro.
¿Quieres rendir al máximo durante el entrenamiento pero no sabes cómo hacerlo? No te pierdas estos cuatro consejos para conseguir tus objetivos:
1 Comer algo antes del entrenamiento
Come algo rico en hidratos de carbono alrededor de una hora antes empezar a realizar la actividad. Es importante no realizar actividad física nada más terminar de comer ya que no solamente podemos sentirnos cansados, sino que el esfuerzo puede llegar a provocarnos el vómito. También hay que tener en cuenta las porciones de cada tipo de alimento que consumimos:
"Las verduras deberían conformar entre el 40% y 50% del total de tu plato, debido a los micronutrientes que aportan. Recordemos también que las frutas, legumbres y cereales son carbohidratos, la fuente de energía más eficiente para el cuerpo. El problema surge cuando los consumimos de forma excesiva", indica Renato Salazar, reconocido coach y asesor nutricional.
2 Consumir proteínas
Es importante que ayudemos a nuestros músculos a recuperarse tras realizar deporte. Para ello los expertos aconsejan consumir alimentos ricos en proteína o carbohidratos hasta dos horas después de haber entrenado.
Las opciones para proteínas son atún, pollo o huevo y en el caso de los carbohidratos puedes optar por frutas, granos como el arroz, la avena o fideos libres de gluten.
3 No abusar de los suplementos vitamínicos
Un exceso de estos productos puede ocasionar que nuestro rendimiento disminuya, así que lo mejor es llevar una alimentación equilibrada.
4 Controlar la cantidad de grasas y azúcares
Ambos son importantes para tener energía, pero comerlos en exceso puede afectar tu salud. Además, debe evitarse al máximo el consumo de alimentos ultraprocesados como bollería industrial, golosinas o snacks embolsados.