El orgasmo, esa sensación que tanto nos encanta, se puede alargar hasta llegar a ocupar un minuto completo. Imaginadlo: un minuto entero de intenso orgasmo. Se nos 'hace la boca agua'.
Para conseguirlo, únicamente tenemos que recurrir a una serie de consejos muy sencillos de poner en práctica, y que nos porporcionarán varios beneficios muy ventajosos:
1 Estimular el punto G o P
Dependiendo del género, deberás encontrar tu punto G si eres mujer, o su equivalente, P, si eres hombre. La idea básica es la de estimular otras zonas erógenas que no se limiten únicamente a los genitales.
En los hombres, el punto G se encuentra en el interior del recto, situado a unos cinco centímetros del ano. Se puede estimular con el dedo, en la pared interior, donde encontraremos un pequeño bulto de un centímetro de espesor: es la próstata, el punto G masculino.
En el caso de las mujeres, la zona se encuentra en el interior de la vagina, en la parte derecha y hacia el exterior. Se trata de un bulto de entre 2 y 5 centímetros de extensión que promete desatar orgasmos con mayor intensidad.
2 Practicar en solitario
Conocernos mejor es vital para disfrutar mejor de nuestras relaciones sexuales. Saber qué nos gusta, cómo podemos estimularnos mejor y, sobre todo, tener mejor autoconciencia y conocernos mejor.
Para ello puede ser interesante probar con algunos juguetes eróticos y, sobre todo, aprovechar la intimidad para probar poco a poco y librarnos de todos los prejuicios que aún rodean a todo lo relacionado con el sexo.
3 'Se mira, pero no se toca'
Uno de los problemas más frecuentes a la hora de tener sexo es la inmediatez. El 'aquí te pillo, aquí te mato' se está convirtiendo en tendencia, pero tiene un problema: vamos tan rápido que no tenemos tiempo de generar una excitación real y la eyaculación y el orgamos se pueden alcanzar antes de tiempo.
Por todo ello, en ocasiones es recomendable esperar. Tener paciencia. Preparar el encuentro, por ejemplo, enseñando, jugando, pero sin que pueda haber una interacción física. Una forma de ir preparándose y que el cuerpo se obtenga ese orgasmo alargado que tanto buscamos.
4 Tocar dos zonas erógenas a la vez
Nuestro cuerpo mantiene múltiples zonas erógenas, cuyo placer llega de mano de las terminaciones nerviosas que las acompañan, y que seguramente aún no conocemos.
Estimular la boca, el lóbulo de la oreja, los pezones... puede ayudar a que el orgasmo que llegue después sea mucho más generoso. Contribuirá, además, a estimularnos poco a poco, lo que alargará posteriormente la relación sexual.
5 Cambio de postura
Fundamental para enriquecer la relación sexual. El simple hecho de cambiar el ritmo, la persona que lleva el peso de los movimientos, la intensidad... pueden ayudar a mejorar el orgasmo posterior.
En el sexo heterosexual, se suele recomendar que sea la mujer la que se sitúe encima para asegurar el orgasmo, aunque es recomendable no recurrir siempre a la postura de la vaquera ya que corremos el riesgo de caer en la monotonía.
En el caso del sexo gay, es recomendable cambiar con mayor frecuencia el rol de pasivo-activo, ya que puede contribuir a disfrutar de un abanico de posibilidades mucho más amplio que en otros casos.
6 No buscar el orgasmo inmediato
Los síntomas que anuncian un orgasmo son claros: aumento del ritmo o de las contracciones de la zona pélvica, así como una respiración cada vez más rápida.
Son los síntomas que anuncian el orgasmo. Sin embargo, en ese momento podemos pararlos, en el caso de los hombres, al colocar el pulgar en el glande y el resto de la mano en la base del pene. Apretando delicadamente un par de segundos y después soltando, podemos contribuir a alargar el encuentro y a intensificar el orgasmo que llega después.
En este caso, también podemos contar con la respiración de yoga, es decir, manteniendo el aire en los pulmones cinco segundos y soltándolo lentamente. Ayudará a relajarse y a que el posterior orgasmo sea mucho más placentero.