El cambio climático ya está aquí y parece que ha llegado para quedarse. Sus efectos, acelerados por la alta emisión de gases de efecto invernadero procedentes de la actividad humana, se dan en todo el planeta. Los casquetes polares están en proceso de fundición, provocando que el nivel del mar suba. En algunas regiones, los fenómenos meteorológicos extremos y las inundaciones son cada vez más frecuentes y en otras se registran más olas de calor y sequías. A continuación te contamos seis de las consecuencias más preocupantes que se avecinan:
1 Fenómenos meteorológicos más violentos
Las inclemencias del tiempo y los fuertes vientos, se están volviendo más comunes y esto incluye tormentas eléctricas. Por su parte, los huracanes amenazan con ser cada vez más destructivos. Las precipitaciones y la subida del nivel del mar causará un mayor impacto de estos fenómenos en las zonas costeras.
Por cada 0,6 grados celsius que se calienta el aire, puede retener casi un 4% más de agua y, por lo tanto, los fuertes vientos, las tormentas y los huracanes, ganarán aun más fuerza de la que ya poseen.
2 Veranos más largos
Se estima que una de las consecuencias del cambio climático sea la alteración de las estaciones: las altas temperaturas serán extremas y los veranos se prevén largos, sobre todo en el Mediterráneo. Se espera que esta estación se extienda en un 25% a mediados de siglo (2046-2065) y en un 49% en su final (2081-2100).
Expertos en climatología de la Universitat de València, afirmaron que la temperatura media en verano en la comunidad autónoma ha subido 1,5 grados en 50 años. Además revelaron que, en los últimos 20 años, el verano térmico empieza dos semanas antes y finaliza cinco días despues de lo que marca nuetro calendario.
3 Más sequía
Una de las consecuencias que ya comienzan a notarse son las sequías. Esto ocurre y seguirá ocurriendo como consecuencia de la reducción de las precipitaciones y la rápida evaporación del agua que cae como consecuencia del calor.
La peor consecuencia es la escasez de agua potable para los más pobres. Se prevé que la demanda mundial de agua se incrementará en un 55% entre 2000 y 2050 por el aumento de población. De seguir en esta línea, dos tercios de la población mundial vivirá con escasez de agua para el año 2025.
4 Más incendios
Las sequías no vendrán solas, sino que traerán nuevas consecuencias para el terreno y la vegetación. Más relámpagos y más olas de calor se traducen en incendios más intensos. Esto aumentará la deforestación, ya que los bosques se regenerarán a un ritmo más lento, pues no habrá agua suficiente.
Las zonas verdes del planeta se reducirán rápidamente, la tala indiscriminada de árboles a parte. Por lo tanto, vemos cómo se trata de una espiral: los incendios aumentan por las condiciones climatológicas y del terreno, la vegetación no se regenerará a una velocidad normal por la escasez de agua y así en bucle.
5 Más muertes por olas de calor
Es común en verano ver noticias sobre ancianos cuyos cuerpos son incapaces de soportar las altas temperaturas y fallecen. De continuar así, en el futuro las muertes serán aún más y no solo de ancianos.
El número de fallecimientos debido a olas de calor aumentará de manera drástica en las regiones tropicales y subtropicales del planeta, seguidas de cerca por Australia, Europa y Norteamérica.
6 Migrantes climáticos
Todas estas consecuencias afectarán a nuestro ecosistema y, por consiguiente, a nuestra vida. Los huracanes, ciclones, tifones, sequías e inundaciones, ocasionarán que millones de personas se desplacen como refugiados, pues sus lugares de origen serán inhabitables.
Se calcula que la cifra ascenderá a 143 millones de personas, las cuales buscarán asilo en otros lugares del planeta, especialmente en el África subsahariana, Asia del Sur y América Latina. El Banco Mundial ya denomina a estos refugiados como 'migrantes del clima'.