El Gobierno ha logrado una holgada mayoría para aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2023. La coalición ha obtenido 187 votos a favor de las cuentas. Por contra, ha obtenido 156 'noes' y una abstención. ERC ha esperado hasta el último momento para confirmar su voto, pero finalmente ha confirmado su apoyo.
Los republicanos han intentado conseguir la transferencia de la gestión de los Cercanías de Renfe en Cataluña, pero finalmente han aceptado otras promesas de inversiones en la región, que estiman en 900 millones. El portavoz republicano, Gabriel Rufián, no ha avanzado su voto afirmativo durante su exposición final, que ha destacado la "utilidad" de su apoyo.
En la práctica, ERC ha arrebatado a la derecha catalana el papel dialogante del nacionalismo que negocia las inversiones para la región y que ya protagoniza el PNV en el País Vasco y que, últimamente, EH Bildu está disputando en la negociación en las cuentas. Además, otras formaciones como Teruel Existe están reivindicando este papel que representa el espíritu representativo territorial de la Ley d'Hondt.
Se trata de las terceras cuentas aprobadas en la Legislatura y abren la vía para que el Gobierno pueda seguir sin grandes sobresaltos hasta la celebración de las próximas elecciones. El presidente, Pedro Sánchez, también ha destacado la estabilidad que aporta al país contar con las terceras cuentas aprobadas en tres años consecutivos: "Algo que no sucedía en 10 años", ha señalado.
Insultos machistas
El debate de los Presupuestos se ha producido en un ambiente caldeado por el debate político tras el discurso lanzado por VOX y su diputada, Carla Toscano, que ayer miércoles 23 de noviembre. La ministra tuvo que escuchar cómo le lanzaba que su "único mérito" era "haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias".
Unas palabras que incluso han llevado a miembros del PP a expresar cierta solidaridad, como la expresada por la Secretaria General, Cuca Gamarra, que ha expresado en Twitter: "La ministra Montero debe asumir responsabilidades políticas por una Ley que tiene unos efectos nefastos, de los que le advertimos, pero nadie tiene derecho a ofenderla y entrar en su vida personal. Ni en la suya, ni en la de nadie. El respeto es imprescindible en política".
