La mayoría del Congreso ha aprobado, con 188 votos a favor, 150 en contra y siete abstenciones, la Ley Trans. La norma ha contado con el respaldo de la mayoría de la coalición progresista y el voto en contra de PP y VOX. La norma finalmente sale adelante, a pesar de las fricciones que ha provocado entre Podemos y PSOE a lo largo de los últimos meses. Carmen Calvo, una de las representantes socialistas más beligerantes contra esta norma, finalmente se ha abstenido.
El Gobierno cumple el compromiso de aprobar esta norma antes de terminar el año, y a pesar de las desavenencias que generaba la autodeterminación de género, que implica que una persona pueda cambiar su sexo en el DNI en función de su verdadera identidad.
La ley todavía debe pasar por el Senado, aunque no se esperan grandes sorpresas y todo apunta a que la norma se empezará a aplicar a partir del primer trimestre de 2023.
Gracias a la aprobación de esta ley, las personas trans ya no tendrán que ser diagnosticadas como enfermedad de disforia de género (que la OMS dejó de utilizar en 2018, ya que no considera la transexualidad un trastorno) y requerir de dos años de hormonación como requisito. La nueva legislación contempla tres tramos, sin condiciones para mayores de 16 años, con consentimiento de los progenitores entre 14 y 16 años y con aval judicial para aquellos que tienen entre 12 y 14 años. El proceso dependerá de una doble comparecencia, puesto que la solicitud debe repetirse a los tres meses.
Aprobación de la Ley Trans
La Ley Trans busca despatologizar a las personas transexuales, descartar cualquier informe médico o diagnóstico en el reconocimiento legal de su identidad de género, algo que hasta ahora se les exige en la ley de 2007 aprobada durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, la primera que permitió cambiar la mención regístrales.
Las negociaciones comenzaron durante la primera mitad de 2021 entre la ministra de Igualdad, Irene Montero y la entonces vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, aunque rápidamente surgieron tensiones, puesto que la parte socialista se mostraba reticente.
Finalmente, los socialistas terminaron cediendo y aceptando la autodeterminación de género, con Carmen Calvo fuera del Gobierno y la norma fue aprobada en el Consejo de Ministros en junio, coincidiendo con la celebración del Orgullo LGTBIQ+.
