Zahan Wenlian, una mujer china de 49 años, falleció de cáncer de pulmón en el hospital tras una larga lucha en contra de la enfermedad. Cinco minutos de este trágico suceso, su marido supo lo que tenía que hacer: criogenizarla e intentar que, en un futuro, alguien pueda revivirla.
El proceso fue consensuado entre el marido y la mujer fallecida. Para ello, los médicos actuaron en cuanto se produjo la muerte: las conectaron a un sistema de apoyo vital y la enviaron en una ambulancia a un laboratorio donde le inyectaron productos químicos con los que proteger sus células durante el proceso de congelación.
Posteriormente fue introducida en un tanque con 2.000 litros de nitrógeno líquido a 190 grados bajo cero, donde deberá de permanecer hasta que los avances médicos, algún día, le permitan volver a tener vida.
La decisión partió por amor. Fue su marido, Gui Junmin, quien le propuso esta posibilidad después de que los médicos anunciasen a su mujer que había entrado en una fase terminal del cáncer. Ella aceptó en seguida: "Creo que el amor por su esposa fue el factor más importante en su decisión", ha asegurado uno de los miembros de la Fundación Ciencias de la Vida Yinfeng, Kong Fei.
Cada vez más criogenizaciones
El proceso ha salido finalmente gratis para el marido, ya que la asociación ha cargado con todos los gastos. Quieren ser ellos los que, de cara a un futuro, puedan llevar la intervención necesaria en el caso de que contemos con la tecnología necesaria algún día.
"Queremos promover el desarrollo de la tecnología criónica. El cuerpo se almacenará durante varias décadas y evaluaremos su condición después de un cierto periodo de tiempo con el objetivo de descubrir si podrá ser revivido o no", ha asegurado la fundación.
La asociación asegura que no puede mantener la oferta durante un tiempo prolongado por el elevado coste de los procesos, pero se ha mostrado dispuesta a continuar y fomentar este tipo de prácticas.
Alrededor de 300 personas permancen criogenizadas en todo el mundo a la espera de poder ser revividas en un hipotético futuro en el que existan los desarrollos médicos necesarios para terminar con algunas dolencias.
