La conversación que Francisco Javier García, 'El Cuco', mantuvo con la Policía durante su detención nunca llegó a manos de un juez. Ahora, la versión de los hechos sobre el caso de Marta del Castillo nunca desvelada ha salido a la luz.
Marta del Castillo desapareció el 24 de enero de 2009. Dos años después, 'El Cuco' de 16 años, fue detenido en un control policial nacional en la autopista que une Cádiz y Sevilla. Durante las tres horas que el detenido pasó en comisaría, el conocido como 'el topo', que llevaba varias grabadoras ocultas, registró la conversación que mantuvo con la policía en la que explica su versión de lo sucedido esa noche en un piso bajo de la calle León XIII de Sevilla.
Se trata de casi siete minutos de audio que forman parte de las 600 horas de grabación registradas por 'el topo', que ahora sí podrá tener en cuenta el magistrado titular del juzgado de Instrucción número dos de Sevilla, Carlos Mahón.
A pesar de que en el juicio posterior negó que hubiera acudido a la vivienda, en la grabación se escucha a 'El Cuco' admitir que sí fue al inmueble aquella noche, que llevaba droga encima, que al llegar se encontró muerta a Marta del Castillo y que en el domicilio se encontraban Miguel Carcaño, su hermano por parte de madre y Francisco Javier Delgado. Además, cuenta cómo el hermano de Carcaño lo amenazó y lo ayudó a limpiar la escena del crimen.
La confesión inédita de 'El Cuco', íntegra
"Vamos a ver, las cosas fueron así de claras... Yo cojo, quedé con ellos, fui con ellos allí para la casa, 'que te voy a hacer un porro y cocaína', yo quedo con esta gente en la placita, a mí me llaman, me voy a el botellón , cuando acabé de allí a las nueve y algo, le pego el toque así, a la niña, y veo que no me responde y cojo de camino yendo pa' la casa de Samuel porque había quedao, y llamo al Samuel, total, que me da la picá, y vamos que me voy pa' la casa del Miguel, vamos que está aquí, me encuentro to' el percal sabe o no, me encuentro to' el percal, y me encuentro allí al hermano, al Miguel y a, y a alguien más que no... no vi yo quién era, yo no..., yo en ese momento no..., creo que era una mujer, pero no me eche mucha cuenta porque ese día tampoco iba yo mu' mu' cuerdo. [El policía le pregunta: '¿pero los que estaban allí sin duda eran Miguel y Javier?]. Sí, ese seguro, yo llegué pallá, intentaron llamar al Samuel, lo que pasa es que el Samuel estaba en el quinto carajo con la parienta y el Samuel no quiere ir, a mí me dijeron, a mí cuando yo me vi el percal a mí me amenazó el hermano de este, de que o lo ayudaba o que me quitaba del medio. Y yo me quedo callao por, porque paso de meterme en follones, si yo me tengo que comer seis años, me voy a comer seis años pero a mí y a mi gente que las dejen.
Así de claro. Yo llegué, yo vi el bollo y yo cogí, me apoyé en el escritorio así, estaba to' mareado. Empecé a sudar, vamos, una paranoia. Esta gente vieron que yo no estaba en el esto, y yo me quedé en el escritorio. Esta gente cogieron a la niña, la llevaron para afuera, me quedé ahí en el cuarto así to' planchado y al rato, no sé cuánto tiempo pasó, pasó un largo rato, pasó un largo rato sabes o no, y yo cuando salí nada más que estaba el Miguel limpiando, limpiando por allí fuera, sabes, ya no estaba ni el hermano ni estaba la otra persona ni ná de ná de ná. No estaba ni la niña ni ná de ná de ná, cuando salí me dijo el Miguel de que le ayudase a limpiar, yo me quedé y esto y lo otro, enganché una fregona, fregué dos pasás y le dije: 'mira, Miguel, que me voy de aquí'.
Me volví a recordar las amenazas de su hermano, y yo me fui pa' mi casa to' rayado, to' planchado entre que no iba yo en condiciones porque llevaba un torrijazo del 15, yo iba ya hasta los cojones iba ya, me fui pa' mi casa, enganché que por el camino, me encontré a esta gente que estaban con el botellón, que fue a las doce y algo, enganché, me fui con la gente del botellón y eso, y de allí me fui a mi casa. Estando en mi casa to' rayado me cogí, me di una vuelta y to' eso, que fue cuando me llamaron que estaban en el Nervión Plaza, y me llamaron, me preguntaron no sé quién. Y nada, me fumé tres petardos, me quedé más más colgado de lo que estaba. Y mira, me voy para mi casa, que me voy a intentar echar a dormir, me eché a dormir y hasta el día siguiente, no me acordaba de lo que había pasado, ni ná de ná. Yo en ese momento no me acordé de quién era ni quién estaba ni ná de ná del cebollón que llevaba. Y to' lo que estaba pasando pa' mí que era un sueño (...)
Y yo no he dicho ná, primero , primero que a mí ya me suda los cojones del hermano, a mí me suda ya los cojones del hermano porque como ya te dicho ya es que salgo de aquí a chispazos [disparos] porque llevais dándole ya muchas vueltas a esto. Esto ya no da pa' más, a mí me suda ya los cojones del este, yo lo que no quiero es que se meta a mi familia en nada de esto, incluido él y yo estoy hablando aquí en plata, porque usted me lo ha pintado como yo lo veo, yo se lo he dicho tal como yo lo he visto y tal como yo lo recuerdo, y por eso no digo donde está la niña porque se la engancharon entre los dos esos y al sacarla del cuarto yo no sé qué le hicieron, si la metieron en cuarquier lao, si la metieron en un coche verde y yo que sé en que lao ni cómo se las habiaron. Yo sé que cuando salí me encontré al Miguel limpiando, estaba muy nervioso, estaba to' atacado de los nervios, estaba blanco como el papel y yo vi un percal mu' chungo.
Pegué dos fregonazos, sequé la fregona, pegué dos fregonazos, me cogí y limpié la fregona y me fui. (...) Y yo lo que sé que el hermano tiene de esto pa... que sabe coger coche vamos, que no tiene carnet y tiene posibilidad pa' coger coches. Y esto es así de fácil, sabiendo que yo he estado allí chorreando de sudor y tó encontrando mi ADN y de tó, y sabiendo de que yo estaba allí, y me han echado a mí to' los muertos, a mí, sabe o no. Y yo no lo he dicho, ya ves, por lo que pasa que... que yo ya estoy hasta los mismísimos cojones de estar encerrado y quiero estar en mi casa de tó de tó. (...) Yo cogí, llamé al Samuel, que eran las nueve y media, de eso sí me acuerdo porque mi móvil no suena y yo tengo esa manía de mirar el reloj, de mirar siempre la hora porque no me gusta llegar tarde a ningún lao, y entonces me fui a casa de esta gente y me encontré entonces todo el percal, yo llegué un poco más tarde, serían las diez menos cuarto, las diez menos veinte así".