Siete años de prisión. Esa será la condena que tendrá que cumplir un taxista madrileño de 60 años que violó en su coche a una turista coreana de 19 que se quedó dormida bajo los efectos del alcohol en mitad del trayecto. El juzgado además le ha obligado a indemnizar a su víctima con 55.000 euros.
La víctima, que aún requiere de ayuda psicológica por el duro trance que vivió, se encontraba en aquel momento viviendo en España como au-pair.
Aquella noche salió de fiesta con unas amigas a la discoteca Joy Eslava, un local mítico situado en el centro de la capital. Alrededor de las cuatro de la mañana la joven, que se encontraba completamente ebria, decidió pedir un taxi junto con una amiga para poder regresar a su casa.
En ese momento, el conductor recorrió todo el barrio de Montecarmelo para dar con la vivienda de la joven, pero no pudo. Por ello, desistió y dejó a su compañera en su casa de Pozuelo, una localidad próxima a la capital.
Fue entonces cuando conductor y víctima se quedaron a solas en el interior del vehículo. El agresor no dudó en aprovechar la ocasión para conducir su vehículo hacia una zona apartada de la Casa de Campo.
Allí, saltó al asiento trasero y violó a la joven. En un momento concreto, ella se despertó y huyo despavorida del lugar hasta que encontró un coche patrulla de la Policía Local, al que pidió ayuda.
La versión del acusado
El acusado, por su parte, intentó defenderse asegurando que únicamente intentó despertar a la joven y que ella se confundió como consecuencia de su estado de embriaguez.
La juez, sin embargo, no ha creído su versión. La razón es muy sencilla: había restos de sus fluidos en la ropa interior de la joven: "No se puede negar que hubo contacto sexual con ella", han afirmado los jueces de la Audiencia Provincial en un auto al que ha tenido acceso la Cadena Ser.
Los magistrados también consideran probada la versión de la Policía, que se encontró a la joven en pleno ataque de ansiedad "se golpeaba a sí misma, quería tirarse del coche patrulla", así como la de la amiga que se bajó del vehículo antes de la agresión.
Además, cuando fue trasladada de urgencia al Hospital de La Paz, los médicos pudieron constatar que había recibido una agresión sexual, por lo que le administraron antirretrovirales para paralizar una posible infección por VIH, así como anticonceptivos.
Ahora la joven asegura que "no puede ser feliz porque le han quitado sus grandes aspiraciones", asegura Dolores Cidoncha, coordinadora de la Asociación de Víctimas de Agresión Sexual (CAVAS) que ha estado apoyando a la joven en todo momento.
El hombre tendrá que cumplir siete años de cárcel, varios más de libertad vigilada, no podrá acercarse a menos de un kilómetro de la joven y tendrá que pagar una indemnización de 55.000 euros.