Dos meses de prisión. Esa será la condena a la que deberá atenerse un ciudadano de origen argelino al que la justicia ha señalado por simular un atentado yihadista en plenos Sanfermines en Pamplona.
Junto a este requerimiento penal, el hombre tendrá prohibido entrar en la capital navarra durante los próximos 16 meses. Al no tener antecedentes penales y tratarse de una condena inferior a los dos años, el acusado no entrará en prisión.
La acción del acusado fue completamente premeditada: según la sentencia, "a sabiendas de que con su comportamiento iba a provocar el pánico y la angustia, depositó ostensiblemente una mochila y un bolso en el suelo a la vez que levantaba la mano portando un objetivo y profería en voz alta diversas expresiones en lengua árabe, entre las que se pudo identificar 'Allahu Akbar' (Dios es Grande)".
Ante todo el revuelo, el acusado fue reducido inmediatamente por un agente de la Policía Foral navarra que se encontraba en la zona fuera de servicio. Sin embargo, lo que parecía ser un detonador, era un simple mechero y en la mochila, directamente, "no se halló ningún objeto peligroso".
Por todo ello, el autor de los hechos ha sido finalmente condenado como responsable de un delito de desórdenes públicos. Sin embargo, y tras llegar a un acuerdo, el hombre ha conseguido conmutar su pena de cárcel por una multa de ocho euros diarios durante cuatro meses, lo que corresponde a un total de 1.000 euros que permtirá que no cuente con antecedentes penales en un futuro.
La pena, así, rebaja la petición de la Fiscalía, que solicitó una pena de tres meses de prisión y la prohibición de acudir a Pamplona durante un periodo de dos años.
Polémicos Sanfermines
La celebración de esta edición de los Sanfermines está siendo especialmente polémica después de la gran expectación que generó el caso de 'La Manada', un grupo de cinco jóvenes que presuntamente terminó violando a una joven en una portal en el 2016.
La campaña contra las agresiones sexuales se intensificó, y por ello, tanto Delegación del Gobierno, como el Ejecutivo autonómico y el Ayuntamiento de Pamplona estuvieron creando una campaña de manera conjunta para evitar que este tipo de situaciones se repitiesen.
Todo ello no ha evitado que el primer día de las fiestas se registrasen dos denuncias por este tipo de delitos, una lacra que no ha quedado ahí, y que ha continuado hasta el ecuador de las fiestas, donde ya había siete denuncias y cuatro detenidos por este problema.
Todo ello se suma a la reciente agresión homófoba que se produjo en las fiestas contra un joven que portaba una chapa del arcoiris en su camisa, en la que hubo todo tipo de violencia, y en la que prácticamente nadie actuó para evitar lo que allí estaba sucediendo.
Ahora, las administraciones están intentando limpiar la imagen turística de unas fiestas que atraen mucho turismo y dinero a la capital navarra, pero que a la vez está registrando una serie de delitos que se quieren combatir desde todos los poderes públicos.