El joven tunecino que denunció haber sido violado y robado por parte de dos agresores ha sido condenado a ocho meses de prisión por mantener relaciones homosexuales. Además, durante la investigación fue sometido a un examen anal, considerado una forma de tortura.
El pasado 12 de febrero, Anas, de 26 años, explicó su versión de los hechos después de que fueran ya anunciados por la asociación LGTBI Shams, encargada de su defensa. El joven ha declarado que concertó una cita con otro chico a través de Facebook, pero cuando acudió al encuentro se dio cuenta de que le habían tendido una trampa porque encontró a dos personas que le redujeron, le violaron y le robaron el teléfono móvil y la chaqueta.
Tras los hechos, Anas se dirigió a la comisaría de Sfaz para interponer una denuncia por violación y robo. El fiscal ordenó que se le practicara un examen anal para determinar si había mantenido relaciones homosexuales con anterioridad. Posteriormente fue detenido por el artículo 230 del código penal tunecino, que castiga las relaciones homosexuales con penas de hasta 3 años de prisión.
La lucha por la derogación del artículo 230
Tras pasar un mes en prisión preventiva, donde ha sido objeto de amenazas y agresiones por parte de los otros presos, ha tenido lugar el jucio, en el que el juez ha estimado que no había delito de violación, únicamente una disputa tras haber mantenido relaciones sexuales. Por ello, ha condenado al joven Anas a ocho meses de prisión por sodomía.
Los defensores de los derechos LGTBI luchan ahora por la derogación del artículo 230 del Código Penal que castiga las relaciones homosexuales con penas de prisión. Además, sufren constantes agresiones motivadas por su causa, hasta tal punto que alguno de ellos ha tenido que exiliarse ante las repetidas amenazas de muerte.