La Audiencia de Barcelona ha condenado a David C.G a 59 años y 3 meses de cárcel por varios delitos de amenazas, agresión sexual y utilización de menor de 16 años para espectáculos pornográficos y elaboración de pornografía infantil.
La sentencia señala que el condenado conoció a un menor por una relación de pareja que tuvo con su hermana y mediante ello pudo ganarse su confianza y la de sus amigos. Con ello, en verano de 2018 consiguió contactos de sus amigas por Instagram y se creó una cuenta falsa para contactar con ellas y amenazarlas si no le daban las imágenes sexuales que les pedía. Incluso usó información personal obtenida del hermano de su novia para hacer más creíbles sus advertencias.
El condenado siguió durante los meses posteriores el contacto, con media docena de menores a las que amenazó con matar a sus amigos si no le enviaban fotografías y vídeos desnudas o hacían videollamadas masturbándose y gritando obscenidades.
Con una de ellas llegó a quedar, junto al menor, en su coche y tuvieron relaciones sexuales con al excusa de que "la persona que supuestamente usaba el perfil" de Instagram dañaría al hermano de la novia. En este sentido, el tribunal considera que no existieron realmente amenazas hacia este menor, que estaba considerado como víctima al iniciarse el procedimiento, ya que en ningún momento lo denunció y siguió facilitando contactos de amigas durante meses.
Se rechazan los argumentos del condenado
El tribunal rechaza los argumentos del condenado, también que le suplantaron su cuenta en las redes sociales, puesto que no había denunciado este hecho. Por otro lado, se ha tenido en cuenta las declaraciones de las víctimas, "coherentes, firmes y coincidentes", por lo que se condena a David C.G. a casi 60 años de cárcel y otros 10 de libertad vigilada cuando salga fuera.
Con algunas de las víctimas, llegó a hacer 20 videollamadas y a una de ellas la hizo acompañar de su novio para que mantuvieran relaciones sexuales delante de él por cámara, bajo amenaza de matarlos. Además, intentó amenazar a otro menor para que le diera más contactos de chicas sin conseguirlo.
Algunas de las menores sufrieron secuelas por estas agresiones, como insomnio, ansiedad y depresión, motivos por los que necesitaron asistencia médica. Por ello, además de las penas de prisión, el condenado debe pagar 51.000 euros a cuatro adolescentes.