Luis Velarde fue intervenido en 2019 en el Hospital Universitario de Badajoz para someterse a una cirugía cardiaca. Entonces tenía 26 años y jamás pensó que su vida iba a cambiar por completo desde entonces.
Aficionado al fútbol, la pesca y trabajador en el campo, en la intervención quedó tetrapléjico por la "mala praxis" del cirujano, además de padecer otras secuelas físicas y psíquicas muy graves.
Cinco años después, el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Mérida ha condenado al Servicio Extremeño de Salud (SES) a pagarle una indemnización de 1,5 millones de euros por las graves consecuencias que sufre.
Velarde tiene actualmente 31 años y no duda en expresar que todo lo ocurrido le ha destrozado la vida. Ocurrió el 9 de abril de 2019, cuando accedió a quirófano por una intervención que se iba a extender por tres horas, "pero duró once", relata al diario Hoy.
Ante el retraso que se estaba experimentando, sus allegados subieron a consultar qué ocurría y, a las cinco horas, apareció un cirujano para expresar que la intervención se había complicado.
Al finalizar la intervención, salió accidentalmente la cánula arterial que había sido instalada en la aorta ascendente. El cirujano no lo apreció hasta que empezó a salir sangre en abundancia, con una hemorragia que impedía ver el orificio de la aorta y la recaudación. Además, también se produjo una disección aórtica (desgarro de la arteria).
Durante los veinte minutos que se extendió la reparación de esta arteria, el paciente estuvo sin oxígeno y esto derivó en un daño cerebral irreversible. Por ello, sufrió una parálisis de diferente grado en las cuatro extremidades (tetraparesia espástica), deformidad en la flexión de ambos codos y muñeca rígida por espasticidad de grado 3-4, dedos con deformidad generalizada, manos no funcionales, tobillos en equino con amputación parcial de pie derecho, deambulación imposible, descontrol emocional, grandes dificultades para articular palabra (por afasia motora y disartria severa), dificultades para ingerir líquidos y alimentos (disfagia) e incontinencia tanto urinaria como fecal.
La Justicia le ha dado la razón
El abogado Carlos Sardinero, de la asociación El defensor del paciente, llevó su caso, que finalmente ha ganado. Ante la jueza, mostró su sorpresa porque no hay constancia ni en la historia clínica ni en el informe de la inspección el motivo de la salida de la cánula y porque el SES no explique qué hacía el cirujano en ese momento para no darse cuenta de lo que ocurría.
El jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular del SES expresó que, con mucha probabilidad, la cánula salió al rozar con alguno de los facultativos que se encontraban entonces en quirófano.
Por estos motivos, el Juzgado de lo Contencioso Administrativo nº 2 de Mérida acoge los argumentos de la defensa y señala que "no parece muy profesional" la solución de los cirujanos.
La justicia ha dado la razón a la familia, pero echan en falta apoyo desde la sanidad pública extremeña. Luis depende por estos hechos de ayuda durante las 24 horas y padece secuelas que han cambiado su vida para siempre.