La madre de una joven de 20 años con discapacidad intelectual ha sido condenada a 15 años de cárcel en la localidad de Córdoba (Argentina). Ha sido condenada por delitos de abuso sexual simple, abuso sexual con acceso carnal y corrupción de menores y promoción de la prostitución. Junto a ella, también se condena a la pareja de la mujer, su hermano y un vecino.
La condenada, María Eva Blangino (44 años), ha recibido la sentencia por parte del Tribunal presidido por la magistrada Inés Lucero, según publica el diario local La Nueva Mañana. En el marco del juicio también se condena a la pareja de la mujer, Sergio Villaba (27) a nueve años de cárcel, su hermano, Rubén Darío Villalba (32), a 11 años de cárcel; y Nilo Villa Ramos (62), un vecino de la Colonia Vicente Agüero, a cuatro años de prisión efectiva.
La madre de la víctima reconoció que había aprovechado la condición de discapacidad de su hija y que la había sometido a prostitución, incluso desde su niñez, cuando le ofrecían el dinero de distintos hombres que llegaban a la localidad. Los tres condenados no han reconocido los hechos.
La situación se hizo pública a finales del año 2019, cuando la víctima narró los hechos a la Policía. La joven estaba siendo buscada por su padre, que había denunciado su desaparición. Ls fiscal del caso ha confirmado que la madre también ejercía la prostitución y que ofreció a su hija aprovechando su situación: "La madre la buscaba todos los días para ofrecérsela a su novio y luego al hermano de su pareja, que vivía con ellos", ha confirmado a El Doce.
Todo tipo de familiares
La investigación ha confirmado que los familiares directos y políticos de la víctima agredían a la menor sexualmente con frecuencia. Además, se investiga a otra expareja de la madre y a dos tíos maternos de la joven.
Se investigan siete hechos de abuso sexual simple, abuso sexual con acceso carnal y coacción agravada. Si algunos de los acusados resulta absuelto, dependerá de la resolución final del juicio.
La joven había expresado sus deseos de crecer al cuidado de uno de los hermanos mayores, que manifestó la voluntad de hacerse cargo de ella. El propio juez le dio su número personal de móvil para que le llamara siempre que lo necesitara, a la vez que le prometió una visita personal mensual para valorar su evolución.
