Todos lo hemos probado alguna vez, normalmente en un botellón de la uni o en las fiestas del pueblo, pero el kalimotxo, que tantas alegrías ha dado a muchos, reivindica ahora su lugar en el mundo de la coctelería y en las barras más exquisitas.
Y es que el kalimotxo no es algo tan simple como mezclar vino tinto de brick y cola, sino que existen recetas mucho más sofisticadas; por ejemplo, las que añaden ingredientes como licor de mora, naranja o limón, recordando a una sangría. Hay numerosas versiones y cada persona tiene sus preferencias personales, como quienes afirman que lo importante es utilizar Coca Cola de marca, aunque el vino sea malo.
Así pues, los vascos están decididos a elevar de categoría a la bebida por antonomasia de los jóvenes, razón por la que surgió el I Concurso de Kalimotxo de Vizcaya, en el que se buscaba una versión original y modernizada del combinado. El ganador ha sido Juan Fernando Valencia Duque con su kalimotxiki, tal y como él lo denomina. El kalimotxiki se presenta en un vaso más pequeño, que es aromatizado previamente con naranja, al igual que los hielos, y que se rellena con vino y cola Indi a partes iguales. Juan sustituye el chorrito de licor por una ligera y sofisticada espuma de mora que da pie a jugar con ella, comerla con una cucharilla o absorberla con los labios. Una apuesta de sutiles aromas que se decora con una uva, piel de naranja y una flor clavada con un clavo de canela.
Nada que ver con el kalimotxo de toda la vida, ¿no? Juan, de 25 años, nos cuenta que está deseando pegarse una kalimotxada entre amigos para celebrar su victoria y compartir su creación, aunque sigue disfrutando cada vez que se toma un refrescante kalimotxo tradicional de Bilbao.
Objetivo: dignificar el kalimotxo
Según lo describe Fran Ceacero, presidente de la Asociación de Barmen de la provincia, se trata de "dejar de beber kalimotxo para emborracharse y comenzar a beber para disfrutarlo".
La asociación fue la organizadora del 29º Campeonato de Coctelería de Vizcaya el pasado 5 de octubre, en el que se incluía el concurso de kalimotxo. Fundada en 1967, recientemente cambió su junta directiva y el nuevo equipo, con Ceacero a la cabeza, está decidido a darle un aire más joven a sus iniciativas, y una de ellas es la de popularizar a todos los niveles la mezcla de vino y cola. El kalimotxo podría seguir una trayectoria similar a la del gin tonic, que ahora está de moda a pesar de que antes tenía un público reducido, en este caso, a las personas mayores.
El kalimotxo triunfa en India y EEUU
No es de extrañar que los vascos quieran dignificar el kalimotxo, viendo su éxito en el mundo. El New York Times publicó hace unos años un artículo en el que lo recomendaba fervientemente y explicaba la receta, asegurando que un refresco de cola hecho con azúcar de caña era mejor que uno con sirope de maíz, ojo al dato.
De hecho, en Estados Unidos se comercializa algo que para muchos de los españoles está considerado una aberración: la mezcla ya embotellada. Motxo es la marca californiana que ha empezado a vender el kalimotxo en vidrio, con vino de California, un refresco de cola elaborado por ellos mismos y una botella de cristal. Nada que ver con el mini de toda la vida.
Fran Ceacero nos narra también la experiencia de Alfonso del Portillo, un bilbaíno que introdujo el kalimotxo en la carta del local Drinks On MG de Bangalore, India. Aderezado con licor de frambuesa y jugo de lima, se ha convertido en toda una sensación entre los clientes del local, frecuentado por turistas de clase alta. Atrás quedó el monopolio del vaso de plástico para el kalimotxo.