Cuando Conchita Wurst ganó Eurovisión en 2014, catapultó a la fama al austriaco Thomas Neuwirth, el cantante que vivía detrás de la artista. Con su impresionante voz, pero también con una impactante imagen, su oscura melena, su cuidada barba y su espectacular vestido, consiguió llamar la atención de todos los telespectadores del festival europeo de la canción.
Interpretando 'Rise like a Phoenix' alzó la bandera del respeto a la diferencia y a la tolerancia, en gran parte gracias a su look transgresor. Ahora, el artista ha dejado atrás esa apariencia y parece haber dicho adiós a ese estilismo con el videoclip de su nuevo sencillo, 'Hit me'. Todavía bajo el nombre artístico de Conchita Wurst, ahora el artista luce pelo corto y rubio platino con una barba del mismo color. Poco queda de la anterior imagen, pues ahora Neuwirth ha dejado atrás los vestidos para enfundarse en un chándal negro que, eso sí, sigue resaltando su exuberante figura.
Según una información de El Periódico, el cantante austriaco ya había confesado anteriorme que el personaje que él mismo había creado no duraría para siempre. En una entrevista en 2017, él mismo aseguraba: "debo matarla. Tengo la sensación de que quiero crear un nuevo personaje". Ahora, ha aprovechado el lanzamiento de su nuevo single, esta vez de corte electrónico, para presentarse con una imagen totalmente renovada. Así lo había avisado unas semanas antes de la publicación del video a través de su cuenta oficial de Instagram.
La polémica en Instagram
A pesar de que en sus perfiles de las redes sociales todavía conserva el nombre artístico de Conchita Wurst, en las últimas semanas anticipaba el cambio que se avecinaba. Publicó, a modo de promoción, imágenes sin peluca y fotografías en las que aparece enfundado un traje de látex junto con una sudadera bajo un cartel que contiene solo su apellido: Wurst.
Solo unas semanas antes de este revuelo, el cantante había hacho saltar las alarmas entre sus seguidores al subir a su perfil unas sorprendentes imágenes en las que aparecía con la cabeza rapada y sin peluca. Unos años atrás, también hizo revolucionar las redes al prescindir de su barba durante una época.
Una revolución social
Desde su victoria en Eurovisión y su inmediato salto a la fama, Conchita Wurst se convirtió en una abanderada de los derechos LGTBIQ y se propuso divulgar por todo el mundo un mensaje de "paz y libertad". Todo ello, tras reconocer que durante su adolescencia había sufrido bullying por su orientación sexual. Esta experiencia le llevó a crear su personaje con el que fue capaz de tomar las riendas de su nueva vida y carrera musical.
Fue hace un año cuando la artista anunció en sus redes que era portadora del VIH, confesando: "Hoy es el día en el que me libero de la espada de Damocles para el resto de mi vida". Este momento supuso un paso más en su empoderamiento, al decidir compartir su situación para normalizarla, ya que ser seropositivo hoy en día sigue siendo un estigma. Al respecto, la cantante sentenció: "no le daré a nadie el derecho de asustarme e influir en mi vida en el futuro".
Ahora, la artista vuelve a resurgir de sus cenizas como un ave fénix, afrontando una nueva etapa que comienza con un cambio de look y que, seguro, trae consigo una nueva revolución musical y social.