Una compañía china ha introducido una nueva politíca de empresa bastante peculiar. Según la nueva norma todas las empleadas deberán dar un beso a su jefe en la boca cada día.
Según ha declarado el jefe de la compañía esta medida sirve para fomentar la presencia de personal femenino y para estrechar lazos entre las mujeres de la empresa y la dirección. Lo que nosotros nos preguntamos es ¿cómo estrechará lazos con el personal masculino de su compañía?
Así mismo, la dirección confima, según El Daily Buzz, que aunque al principio el personal se mostraba reticente a cumplir con la regla, todas las empleadas han cumplido con ella y tan solo dos han abandonado su puesto de trabajo por estar en desacuerdo con esta nueva política.
La directiva afirma que la idea ha tenido un notable efecto positivo, pues ha levantado la moral de sus empleadas. También confesó que había copiado la idea de una empresa que visitó en los Estados Unidos.
Las fotos y vídeos de esta particular medida se han hecho virales en las redes sociales. En el vídeo podemos ver como las empleadas esperan reunidas a que el jefe las bese una detrás de otra. Como no podía ser de otra manera, este espectáculo ha despertando todo tipo de comentarios:
¿Cómo pueden aceptar las mujeres un trabajo así?
Me gustaría preguntar a esas mujeres: ¿Tienes dinero? ¿Pasarás hambre si cambias de trabajo?
El jefe es un pervertido, pero las empleadas son tontas
Company requires female staff to kiss boss, claims it enhances corporate culture and unites team https://t.co/McMuUYPmrEpic.twitter.com/mLllEg4JzM
? People's Daily,China (@PDChina) 8 de octubre de 2016
España consideró válido un contrato que obligaba a mantener relaciones sexuales
No es el primer suceso de esta índole que ha sobrecogido a la opinión pública. Recientemente la Audiencia de Alicante daba por vinculante un contrato que obligaba a una mujer a mantener relaciones sexuales con su jefe.
Las tres magistradas que rigieron el caso consideraban que satisfacer las peticiones sexuales del empresario estaba dentro de las obligaciones de la secretaria, que había aceptado el puesto de "secretaria personal".
El supuesto agresor salió impune del delito de agresión sexual, ya que no existían pruebas que confirmasen que había habido violencia o intimidación contra la víctima.