¿Cómo funciona la distribución de alimentos en Cuba? El país, regido por un régimen comunista, padece desde hace 31 años un embargo desde Estados Unidos que ha sido condenado nuevamente en noviembre de 2023 por la Asamblea General de la ONU, en una resolución que contó con la práctica totalidad de apoyos internacionales, con los votos en contra de EEUU e Israel y la abstención de Ucrania.
Este bloqueo fue impuesto en 1960 tras la revolución de Fidel Castro, cuando el gobierno de la isla inició la nacionalización de las propiedades de los ciudadanos y las empresas de Estados Unidos. Dos años después se aplicó un refuerzo.
En la resolución de la ONU, que no tiene carácter vinculante, se planteaba "la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba", en una resolución ajustada a los principios de Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados (cumplir siempre las obligaciones de los tratados de buena fe y, sobre todo, la prohibición de medidas coercitivas para obligar a un Estado a someter sus derechos soberanos).
En este contexto, el régimen que actualmente preside Miguel Díaz-Canel mantiene un doble sistema de distribución de alimentos. Por un lado, se encuentran las tiendas MLC, establecimientos estatales donde se comercializan productos en Moneda Libremente Convertible. Sus precios son inaccesibles para la mayoría de la población y, de hecho, este tipo de cambio (divisas que se conceden a través de una tarjeta magnética y permiten cambiar a otra moneda exterior), no llega directamente a la población, que solo tiene la opción de recibir remesas o comprarlas en la calle.
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Para entender la realidad económica de los ciudadanos, 1 MLC equivale a 100 pesos cubanos (este segundo sí es accesible para la población, pero no son intercambiables entre sí). El salario mínimo en Cuba se estipula en 2.100 pesos, por tanto, son 21 MLC: "Básicamente, si compramos dos copas, ya estamos sobrepasando el salario mínimo", explica el titktoker. Un simple paquete de pollo en estos establecimientos puede duplicar el salario mínimo en estas tiendas.
Dentro de este modelo también han comenzado a surgir establecimientos privados, conocidos allí como 'mipymes', en modelo de pequeña y mediana empresa, que empezaron a abrir en 2021. Sin embargo, nuevamente sus precios son inaccesibles para la mayoría y solo compiten con las tiendas MLC, e incluso han recibido críticas desde el Gobierno: "'Las ganancias lucrativas excesivas no pueden existir, y es una responsabilidad que debemos enfrentar", afirmó en mayo de 2023 el entonces viceprimer ministro y ministro de Economía, Alejandro Gil.
Libreta de abastecimiento
Uno de los objetivos fundamentales de los establecimientos MLC es acceder a dólares ante la carencia que experimenta el sistema. También, sortear las restricciones de las libretas de abastecimiento (cartilla de racionamiento), pero a lo que solo puede acceder quien consigue las divisas MLC, ya sea por la recepción de remesas o porque ha conseguido comprarlas en el mercado libre.
Como hemos comentado, por otro lado, se encuentran las libretas de abastecimiento (cartilla de racionamiento), que se pueden emplear en establecimientos estatales denominados 'bodegas' y a las que sí puede acceder toda la población.
Sin embargo, el acceso a la variedad de alimentos que conceden es restringido y ha experimentado una tendencia a la baja durante las últimas dos décadas. "Nadie puede vivir con esto (cartilla de racionamiento). Antes daban más cosas, es verdad, pero podías buscar en otros sitios. Ahora no puedes hacer eso", se quejaba un ciudadano en declaraciones a la Agencia EFE en diciembre de 2023. "No me han dado el huevo, el frasco de aceite", se quejaba entonces una mujer jubilada.
La cartilla, además, no llega a cubrir los objetivos. A la falta de productos para alcanzar todo aquello ofertado, además muchos ciudadanos denuncian que algunos establecimientos no cumplen las cantidades necesarias, en muchas ocasiones, porque no cuentan con el stock disponible.
Cuba paga alrededor de 1,5 millones de euros anuales para mantener el suministro de la canasta básica. El país, sin embargo, experimenta problemas para mantener este sistema, puesto que en 2023 experimentó un déficit fiscal de casi el 19% de su PIB, el mayor desde 1993.
El modelo de libreta se concibió como un pilar fundamental de la distribución de alimentos, bajo la promesa de garantizar una distribución equitativa en el acceso a la comida sin ninguna distinción de clases, un elemento clave de su modelo. Sin embargo, la restricción en la variedad de alimentos y los retrasos en las entregas están provocando una reducción de su utilidad.
