El Gobierno trabaja desde hace dos meses para organizar la campaña de vacunación contra el coronavirus y establecer una estrategia para priorizar la vacunación ante la llegada paulatina de dosis.
El Ministerio de Sanidad trabaja por el momento con la siguiente propuesta: comenzar con los más vulnerables, los mayores que viven en residencias, el grupo más golpeado durante la primera oleada del coronavirus. junto a ellos, también se daría prioridad al personal destinado a su cuidado en los asilos, así como a los médicos y enfermeros que trabajan en primera línea, tanto en hospitales como en centros de salud.
A la hora de elegir entre pacientes con problemas de salud crónicos, se tendré en cuenta el riesgo de que puedan evolucionar peor en caso de contraer el nuevo coronavirus, tanto por edad como por patología. También por el riesgo de transmitir a terceros, en caso de cuidadores.
A diferencia de lo que sucedió en la primera ola, cuando se primaban los recursos prácticamente como si nos encontráramos en un escenario de guerra, ahora prima la ética y no el utilitarismo: los más vulnerables serán los primeros en protegerse.
Sin embargo, en esta estrategia hay un punto que se reserva hacia la recuperación económica. Habrá un hueco destinado para los empleados que no pueden teletrabajar. Un camarero o repartidor tendrá preferencia frente a un oficinista que desempeña sus funciones desde su domicilio, ya que voluntariamente puede protegerse del coronavirus.
La estrategia todavía está en elaboración y se trata de un borrador que se irá puliendo con el paso de las semanas El objetivo es claro: ir repartiendo las vacunas en función de las necesidades y la disponibilidad.
Cuatro contratos de suministro
La llegada de la vacuna de Pfizer implica complicaciones de logística. Su naturaleza, ARN mensajero, obligará a un transporte en temperaturas que superarán los 80 grados bajo cero.
La propia farmacéutica ha pensado en desarrollar una solución para mantener la cadena de frío, aunque se necesitará formación para el personal. Los sanitarios necesitarán, por ejemplo, conocer cuánto tiempo aguanta sin perder eficacia una vez descongelada. La logística deberá tener como objetivo perder el menor número de vacunas posible durante su manipulación, algo que sin duda pasará.
España ha firmado cuatro contratos con la Comisión Europea. Las primeras dosis empezarán a distribuirse llegarán de los laboratorios de AstraZeneca, Sanofi, Janssen y Pfizer; este último con una dosis ya resuelta.