Los preliminares es uno de los elementos más divertidos y entretenidos del sexo. Esa maravilla que tantas veces nos saltamos u obviamos. Este calentamiento es una parte primordial de nuestros encuentros sexuales más íntimos.
En la filosofía taoísta se considera que el masaje erótico es una de las fuentes de sanación holística para el cuerpo, la mente, el espíritu y la sensibilidad. Por eso resulta ideal para todas aquellas mujeres y hombres que tengan dificultades sexual, como la incapacidad de llegar al orgasmo, la dificultad para tener una erección, el vaginismo o la eyaculación precoz. O, simplemente, para aquellos que quieran probar nuevas sensaciones y romper con la rutina sexual.
Preparar el ambiente
La temperatura ideal es de 25ºC, es decir, un ambiente cálido que permita ir sin ropa pero que no sea sofocante. Piensa en el cuarto donde realizarás el masaje y añade algunos elementos complementarios que ayudarán a crear esa atmósfera tan erótica. El incienso es un buen aliado, sobre todo el ámbar, la canela, el clavel, el coco, el musk, la rosa roja o la vainilla: sus perfumes aportan energía y son afrodisíacos.
Hay que evitar las luces fuertes, con una luz tenue que permita ver únicamente lo necesario. Las velas son un buen accesorio e incluso podrás encontrar, en tiendas eróticas, algunas con aceites de diferentes olores para masajes. El aceite es muy importante para que las manos se deslicen con suavidad y aporten textura, olor y erotismo a la piel. Algunos olores muy recomendados son la almendra, la macadamia o la vainilla.
Por último, amenizar el momento con música relajante, chill out o incluso erótica. Esto será el toque definitivo para que el ambiente proporcione un estado de relajación y excitación al mismo tiempo.
Momento de la acción
Se pueden realizar masajes enfocados a diferentes parte del cuerpo, pero lo mejor es un buen masaje completo. Necesitamos que la persona a la que vayamos a realizar el masaje esté desnuda y acostada boca arriba. Hay que empezar por la planta de los pies e ir masajeando de forma circular, mientras la otra persona respira pausada y serenamente.
Hay que presentar especial atención a los dedos y presionar con las yemas mientras se realizan círculos. Esta es una técnica que se conoce como 'Shiatsu' o digitopuntura. Hay que ir subiendo con movimientos suaves y fluidos por todas las piernas, dejando a un lado las partes más íntimas.
Masajear el interior de los muslos para aumentar la excitación y, seguidamente, hay que ascender al vientre, donde habrá que tener mucho cuidado en no apretar. Movimientos circulatorios o de amasamiento, que se irán situando en la zona pectoral. En caso de que esa persona tenga pechos, tenemos que dedicar tiempo a tratarlos suavemente, pellizcando ligeramente los pezones.
Mantener el contacto con los brazos y las manos, comprimiendo los músculos de forma firme. A continuación, hay que centrarse en el cuello y en las orejas, especialmente en el lóbulo, que es una de las zonas erógenas más importantes de nuestro cuerpo.
Masajes en los partes íntimas
Hay una gran diferencia entre genitales femeninos y masculinos. En el caso de que nuestro acompañante tenga vulva, se debe seguir con el masaje por todo el pubis y las ingles, acercándose poco a poco hacia el clítoris y los labios. Con movimientos ondulatorios, hay que acariciar la parte externa de la vulva y centrarse poco a poco en el clítoris. Es importante variar la presión y el ritmo del masaje, ya que si no se hará aburrido y monótono. Una vez iniciada la masturbación femenina y cuando se llegue a estar excitada, se introducirán los dedos buscando el punto G.
En el caso de que el que recibe el masaje tenga pene, hay que acariciar las ingles y los testículos con cuidado mientras se presta atención al miembro. Se< strong>acariciará suavemente el cuerpo del pene, hacia arriba y hacia abajo y realizando la técnica del "exprimidor de naranja". Se trata de situar la mano en la corona del glande y hacer un movimiento de muñeca como si se estuviesen exprimiendo naranjas. A partir de ahí, variará la intensidad y el ritmo de la masturbación masculina.