En la actualidad, es un problema serio el hecho de que muchos niños de 7 a 10 años tengan acceso a contenidos pornográficos en línea. Estos contenidos suelen ser gratuitos, anónimos y fácilmente accesibles. Además, no se requiere demostrar la edad para acceder a ellos. La pornografía puede distorsionar aspectos importantes relacionados con la igualdad y la sexualidad, ya que en muchos casos promueve prácticas que perpetúan el sexismo y la violencia contra las mujeres.
Como resultado, los preadolescentes son testigos de conductas sexuales que no son apropiadas para su desarrollo físico y emocional, ni beneficiosas para su conocimiento sexual o salud mental. La exposición temprana a este tipo de contenido puede generar un desarrollo sexual inapropiado, llevando a una comprensión errónea de las relaciones sexuales, el consentimiento y las expectativas saludables en el ámbito sexual. Es probable que los niños adopten comportamientos inapropiados para su edad.
Además, esta exposición puede causar otros problemas como ansiedad, baja autoestima e incluso depresión en los preadolescentes y niños. Esto se debe a que se enfrentan a imágenes para las cuales no están emocionalmente preparados.
Es importante tener en cuenta que la gravedad de las consecuencias varía según la edad del niño, la frecuencia y duración de la exposición, y otros factores individuales. Sin embargo, es responsabilidad de los padres y educadores supervisar y proteger a los niños de la exposición a este tipo de contenido.
Cómo abordarlo
Aunque hablar sobre pornografía y sexualidad con los hijos puede ser un tema delicado e incómodo, es fundamental abordarlo para proporcionarles información precisa y ayudarles a comprender mejor el tema.
Es importante elegir el momento adecuado para tener esta conversación, cuando ambas partes estén relajadas y sin distracciones, y se disponga del tiempo suficiente para responder a todas las preguntas que el niño pueda tener.
La honestidad y la franqueza son clave, ya que utilizar un lenguaje claro es esencial para que comprendan completamente lo que implica la pornografía y los efectos que puede tener en sus vidas. También es fundamental abordar el tema desde una perspectiva de valores y educación sexual, explicando conceptos como la intimidad, el consentimiento y el respeto mutuo.
Fomentar una comunicación abierta con los hijos es primordial, ya que esto les dará confianza para acudir a sus padres en caso de tener dudas de cualquier tipo, en lugar de buscar respuestas directamente en Internet.