El consumo de la marihuana medicinal es muy usual en muchos países del mundo, aunque en el nuestro es más vista como una droga recreativa. Tres estudios recientes demuestran cómo su uso puede influenciar un número de procesos cognitivos y psicológicos.
Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, aproximadamente 192 millones de personas en todo el mundo con edades comprendidas entre los 15 y los 64 años consumieron cannabis de forma recreativa en 2018. El 35% de las personas de entre 18 y 25 años lo consume, mientras que solo el 10% de los mayores de 26 años lo hace.
Publicados por The Journal of Psychopharmacology, la revista Neuropsychopharmacology y el International Journal of Neuropsychopharmacology, los estudios han probado que la mayoría de usuarios son adultos jóvenes, cuyos cerebros están todavía en desarrollo, por lo que son particularmente vulnerables a los efectos en el cerebro asociados al uso del cannabis en el largo plazo.
Efectos cognitivos del cannabis
El uso del cannabis puede afectar el proceso cognitivo, especialmente en personas con un deseo persistente de consumir cannabis, y disrupción de sus actividades diarias como trabajar o estudiar. Se ha estimado que aproximadamente el 10% de los consumidores de cannabis cumple los criterios de diagnóstico de ese problema.
Para demostrar sus hipótesis, agruparon a 39 personas afectadas por el trastorno (a las que se les pidió que no consumieran el día de la prueba), y las compararon con 20 personas que nunca o rara vez tomaban cannabis.
Con ello, lograron distinguir que las personas que habían consumido tenían afectadas negativamente las llamadas funciones ejecutivas, que son básicamente procesos mentales que incluyen el pensamiento flexible.
Los efectos cognitivos que pueda causar la droga, como muestran los estudios, están relacionados con la edad a la que se comienza a consumir la droga: cuanto más joven, más afectado resulta el funcionamiento ejecutivo.
También se han percibido diferencias entre los sexos. Así, han demostrado que, mientras que los hombres consumidores tenían peor memoria para reconocer visualmente las cosas, las consumidoras presentaban más problemas con la atención y las funciones ejecutivas.
Motivación y salud mental
El cannabis también puede afectar a cómo nos sentimos, influyendo en nuestra forma de pensar. Estudios han sugerido que la recompensa y la motivación pueden verse alterados cuando lo consumimos. Esto puede afectar a nuestro rendimiento, ya que puede hacernos sentir menos motivados para trabajar duro y menos recompensados cuando lo hacemos bien.
También se ha comprobado que esta droga puede causar problemas de salud mental. Está relacionada con una mayor anhedonia (incapacidad de sentir placer) en los adolescentes. Curiosamente, este efecto fue especialmente pronunciado durante los confinamientos con motivo de la pandemia de covid-19.
Problemas psicóticos
Los cerebros de los adolescentes todavía están en desarrollO y uno de los estudios demostró que el consumo de la droga aumenta moderadamente el riesgo de síntomas psicóticos en los jóvenes y que tiene un efecto mucho más fuerte en aquellos con predisposición a la psicosis.
Según informan los estudios, evaluaron a 2.437 adolescentes y adultos jóvenes (14-24 años) y notaron un aumento de seis puntos porcentuales del riesgo (del 15% al 21%) de padecer síntomas psicóticos en los consumidores de cannabis sin predisposición a la psicosis.
Los estudios concluyen informando de que necesitan determinar si los efectos localizados son temporales o permanentes. Hay que tener cuidado y en consideración los efectos que el consumo prolongado puede tener en las mentes, especialmente para los jóvenes.