La gestación subrogada y todo lo relacionado con los vientres de alquiler ha estado levantando polémica últimamente, tanto en las redes sociales como en los medios de comunicación tradicionales. En España, técnicamente la gestación subrogada está prohibida, en tanto y en cuanto la Ley 14/2006 señala que todos aquellos que usen este tipo de técnicas para tener hijos tendrán derechos nulos sobre el bebé resultante de la gestación subrogada. Es decir, que si una pareja paga a una mujer para que geste en su interior a un hijo suyo, este bebé nacerá sin padres legales, sin derechos como ciudadano de nuestro país.
Si analizamos esto detenidamente veremos que no está prohibido realmente, sino que hay una especie de vacío legal que perjudica, sobre todo, al bebé que nace, puesto que sería este el que se encontraría sin identidad de ningún tipo, sin padres que pudieran reconocerlo, y sin derechos. Esto, a la larga, afectaría a su escolarización y a toda su vida posterior.
Pese a esto, una gran cantidad de españoles ha optado por la gestación subrogada para tener hijos. Lo que hacen en estos casos es buscar mujeres en el extranjero que se "ofrezcan" para realizar la labor de vientre de alquiler. Es decir, que pese a que la gestación subrogada es ilegal en sí misma, hay quien continúa practicándola y saliendo impune de ello, puesto que no hay forma de penarla.
El pasado viernes 19 de mayo pasado, el Comité de Bioética de España por fin se posicionó al respecto. En el informe que publicaron, pidieron la "prohibición universal" de la gestación subrogada, puesto que la consideran una forma de "explotación de la mujer y un daño a los intereses superiores del menor". El informe, que consta de casi cien páginas, explica detalladamente las razones por las que se concluye que la gestación subrogada es un perjuicio tanto para la mujer gestante como para el propio bebé.
El informe se divide en tres partes, siendo la más interesante la segunda, que versa sobre los aspectos éticos de la maternidad subrogada. Es aquí donde el Comité de Biotética analiza detenidamente hasta qué punto es realmente ética esta práctica, y hasta qué punto puede llegar a perjudicar a las personas que se ven dentro de ella. Hay algo que se debe remarcar de este apartado, y es que, tal y como se encuentra la legislación ahora mismo en nuestro país, la gestación subrogada solo está prohibida para aquellos que no tienen posibilidades económicas. Para todos los demás, está totalmente permitida.
La gestación subrogada y su vacío legal en nuestro país
Analicemos detenidamente la situación: en España no se puede alquilar un vientre, porque esto está prohibido y deja al bebé desamparado ante la ley; no obstante, sí que se puede ir a Estados Unidos, por ejemplo, a contratar un vientre de alquiler, adoptar al bebé y traerlo a España. Ese vacío legal existe. Y acaba favoreciendo que aquellos que sí dispongan de capital suficiente acaben haciendo lo que les plazca, sin ningún tipo de cortapisas. Con lo cual, esto es lo que el Comité de Bioética sugiere que debería cambiarse. Si la gestación subrogada está prohibida, debería estarlo para todos.
"Al final, el umbral de lo permitido y la eficacia de las normas que regulen esas prácticas vendrán en buena medida determinadas por la regulación más permisiva que exista y que garantice una mínima seguridad jurídica. Ante ese estado de cosas, lo deseable sería aprobar una regulación universal básica", explican desde el Comité de Bioética. Solo legislando a nivel universal, prohibiendo la gestación subrogada en absolutamente todos los países, se conseguiría evitar este tipo de prácticas. Aunque también admiten que esto es muy difícil, sobre todo porque hay posiciones muy distintas al respecto.
La prohibición de la gestación subrogada no implicaría que las parejas homosexuales o que no fueran fértiles no pudieran tener hijos; simplemente implicaría que no podrían tenerlos mediante este método. Pero la adopción continuaría siendo una práctica aceptada, y todo aquel que quisiera llevarla a cabo podría hacerla. Podrían continuar llevando a la práctica sus "derechos reproductivos", como muchos reclaman, pero sin que eso pusiera en juego la libertad de las mujeres.
Cuando una mujer accede a hacer de vientre de alquiler, en muy pocas ocasiones lo hace de forma desinteresada, sin ningún tipo de necesidad económica añadida. El proceso del embarazo y el parto es muy duro, y supone un trance muy importante en la vida de una mujer; además, tal y como se explica en el informe del Comité de Bioética, el vínculo que existe entre la gestante y el bebé es algo químico, algo que no se puede reprimir. Pese a que la mujer no quiera, es algo que sucede; desprenderse posteriormente de ese hijo le será sumamente complicado a nivel psicológico, y ese gesto podría acarrear consecuencias psicológicas de por vida.
No es algo que se haga por gusto, sino por necesidad. Son mujeres que necesitan el dinero, que están totalmente desesperadas y no saben qué hacer y, por eso, se deciden a ser vientre de alquiler. Es una forma más de explotación del cuerpo de la mujer, exactamente igual que la prostitución.
Se antepone a cualquier derecho de la mujer el que una pareja desee con todas su fuerzas tener un hijo biológico y no pueda tenerlo. Pese a que el dolor que esta pareja pueda llegar a sufrir es totalmente comprensible, no es justo que antepongan su sufrimiento a todo, y acaben optando por explotar a una gran cantidad de mujeres cuyas necesidades económicas les empujan a esos límites.
Queda ahora por ver qué es lo que la Justicia en España se decide a hacer, pero algo han dejado bastante claro desde el Comité de Bioética: la gestación subrogada debería prohibirse a nivel universal, sin ningún tipo de duda.
