La brecha social debido al racismo es algo más que evidente en los Estados Unidos. Por eso, Tunde Wey, el chef y dueño del restaurante Saartjie Baartman, puso en marcha un experimento con el que poner sobre la mesa esta problemática. Con el lema, "Esto es más que un almuerzo. Esto es un experimento", el gerente intenta despertar la conciencia de las personas blancas que van a comer a su restaurante de Nueva Orleans.
Este experimento no tiene que ver nada con la comida típica de Nigeria que hace en sus fogones y sirve a sus clientes entre los que se encuentran plátano macho frito con pimientos a dumplings de yuca fermentada. Va enfocado a recalcar las diferencias raciales todavía existentes en los Estados Unidos donde a igualdad educativa, una familia de etnia negra sitúa la renta media familiar en 60 mil dólares anuales, mientras que en una familia de etnia blanca sube hasta 113 mil dólares.
El mecanismo del estudio es el siguiente: primero, tras dar un discurso donde señala las diferencias raciales, Tunde Wey, da a elegir a los clientes blancos pagar 12 dólares por su menú o 30 dólares, a la vez que tienen que rellenar un formulario con preguntas de carácter sociológico; segundo, a los comensales afrodescendientes se les cobra siempre lo mismo (12 dólares) y se le da la opción de coger esos 18 restantes que alguien haya pagado con la finalidad de abordar la brecha salarial.
El 80% de los blancos aceptaron pagar más
Durante el tiempo que ha durado este experimento se han acercado a su restaurante un 46% de comensales de etnia negra y un 45% de blancos. El resultado es que casi un 80% de los blancos quisieron abonar ese precio más alto, mientras que el 76% de los afrodescendientes rechazaron tomar ese dinero extra; de hecho, muchos quisieron pagar los 30 dólares ya que no necesitaban ese dinero.
Tunde explica a Civil Eats que muchos blancos han percibido este experimento como una "presión social positiva" ya que ven que algo hay que hacer para cambiar esta situación. Además añade que "nos dicen que si trabajamos duro nos haremos ricos, pero no es verdad". Sin embargo, piensa que ese porcentaje tan elevado de blancos que quisieron pagar el precio más alto puede ser porque "rechazar pagar más se lee como algo antisocial y la gente no quiere ser juzgada por ello. La gente me miraba al otro lado de la ventana y se pensaba que les estaba juzgando".
Sin embargo, a la pregunta "¿a dónde irá mi dinero?", dice Wey que "Intenta hacerles saber que el dinero no se recibe ni por necesidad ni por méritos, es neutral. Y en realidad, le damos a la comunidad negra el poder de decidir si lo toman o no".
Un chef con gran conciencia social
Este chef nigeriano no deja nada al azar y es que el nombre de su restaurante, Saartjie Baartman, tiene un motivo simbólico e icónico, ya que hace referencia a una mujer de la etnia khoikhoi que fue esclavizada y obligada a actuar en circo del británico William Dunlop. Una chica que murió muy jóven debido al alcoholismo y a diferentes enfermedades, y además, su esqueleto, cerebro y genitales estuvieron expuesto en el Museo del Hombre de París hasta mediados de los setenta.
De hecho, Wey, no es la primera vez que intenta hacer este tipo de experimentos. Ya que en durante 2016 lanzó una serie llamada 'Blackness in América' y en 2017, '44: A table for 44', donde se compartían platos y lecturas sobre racismo estructural y economía.