Seguramente la gran mayoría que lea este artículo no sepa qué se esconde detrás de la apertura de una simple bolsa de sabrosas y riquísimas patatas fritas. Pues, la realidad que esconde, no es nada halagüeña: básicamente estás ayudando a la masiva deforestación de las selvas de Indonesia y Malasia. La realidad es así y hay que ser consciente de ella.
Según recoge The Guardian, en las dos últimas décadas se ha destruido un 90% del terreno de las selvas de Malasia e Indonesia a favor del cultivo de palmas aceiteras, las productoras del aceite de palma. Se estima que el 50% de los productos (comidas preparadas, chocolates, detergentes, galletas, etc.), que se comercializan a diario en los supermercados contienen alguna cantidad.
El 38% del mercado global
El uso masivo del aceite de palma, que representa el 38% del mercado global de aceites vegetales en todo el mundo, contribuye a la desaparición de decenas de especies animales, al destruir su hábitat natural por esa gran deforestación. El incremento de su uso es debido a la enorme productividad: una hectárea produce diez veces más que otro tipo de aceite (girasol o de soja), se puede cultivar todo el año y es más barata (coste).
El crecimiento de este tipo de cultivo se debe a la grandísima demanda que existe en el mercado, ya que muchos productos se fabrican con él. Las palmas aceiteras se cultivan en muchas partes del mundo como América Latina, África, Indonesia y Malasia; aunque, son en estos dos últimos países donde se produce más del 80% de la producción mundial, donde se estima que generan casi 6.000 millones de dólares al años. Esto representa una parte muy importante de su economía nacional.
Más de 100.000 orangutanes asesinados
La deforestación salvaje de las selvas de Indonesia y Malasia ha hecho estragos en miles de especies. Precisamente, hay estudios que reflejan que más de 100.000 orangutanes en la isla de Borneo han muerto en los últimos 20 años. La comunidad de esta especie animal se encuentra actualmente en riesgo y amenaza de desaparición. Sin embargo, no es la única.
La industria alimentaria, en los últimos años, ha reducido el uso del aceite de palma en un 25% a nivel global, pasando de las 4 millones de toneladas a las 3 millones en 2017. Por eso, hay que ser conscientes de lo que comemos e intentar no consumir productos que lo contengan.
