Le llaman el 'placer culpable' y no es para menos: a pesar del disfrute que provoca en nuestras papilas gustativas, el consumo de chocolate en cantidades industriales corre el peligro de que caigamos en el 'vacaburrismo' más atroz. Algo muy poco indicado con estas altas temperaturas.
Sin embargo, a partir de ahora, al menos lo podremos disfrutar con menos remordimientos porque, según el Foro Consultivo Científico y Tecnológico... el chocolate reduce considerablemente el riesgo de padecer cáncer.
Así lo confirman los expertos, que apuntan a una molécula, la epicatequina, como responsable de este gran beneficio para la salud que nos aporta el cacao. La sustancia, que ahora ha sido descubierta en el chocolate, también está presente en el té verde o en el vino tinto. Aunque en este último caso, debemos de tener en cuenta la moderación en el consumo.
El organismo ha emitido un comunicado en el que certifica que "los especialistas han realizado estudios y observaron que esta molécula podía matar células cancerosas de forma selectiva sin afectar a las células normales".
Al parecer, la molécula actúa en el organismo de tal forma que programa a la célula cancerosa para que autodestruya. "Fue un hallazgo importante porque si bien los tratamientos anticancerígenos actuales provocan esa reaccion, no distinguen entre células cancerosas y células normales, por ello, generan efectos secundarios adversos en los pacientes con cáncer", ha asegurado uno de los investigadores.
Los estudios, realizados en el laboratorio, se intentarán extrapolar ahora a la calle. Los investigadores, que han conseguido separar la mencionada molécula, tienen la intención de mezclarla con los fármacos utilizados en las terapias actuales. Tal y como han podido comprobar, acelera su efecto y disminuye la cantidad requerida de medicación, lo que mejora enormemente las condiciones de los enfermos.
El único problema se da en que en algunos ratones, la molécula pasa por el cuerpo sin tener contacto con la célula cancerosa, lo que provoca que su efecto sea nulo. Ese es el actual reto a resolver a medio plazo para encontrar un tratamiento mucho más efectivo para las personas que sufren un cáncer a lo largo de su vida o, incluso, para prevenirlo en las personas claramente predispuestas.